Por David Pérez Arce
El llegar a este reencuentro de amigas, exalumnas del Liceo de Niñas de Rancagua, tras los abrazos todas se transforman en jóvenes estudiantes y dan paso a una jornada que es placentera.
Egresaron del Liceo de Niñas de Rancagua, del 6ª año de Humanidades, en el año 1967 y tras haber realizado una gira de estudios, que ellas mismas se financiaron, llegaron hasta la ciudad de Concepción. En aquella ocasión se comprometieron a reunirse todos los años, en el mes de octubre.
El sábado lo cumplieron y a la cita llegaron 18, las que mantienen una comunicación permanente, lo que ha permitido dar vida a un grupo humano muy especial.
El llegar a este reencuentro de amigas, exalumnas del Liceo de Niñas de Rancagua, tras los abrazos todas se transforman en jóvenes estudiantes y dan paso a una jornada que es placentera.
Las hay, profesionales, dueñas de casa, cada una de ellas en su rol de mujeres muy activas. El sentarse alrededor de una mesa, se inicia una conversación, brota fluida y espontáneamente, donde la risa se confunde en momentos con las lágrimas…
La vida simplemente, diría nuestro escritor y poeta Oscar Castro.
Para tan selecto grupo de mujeres, el paso de los años constituye otro sabor de la vida, ella, cada año, esperan la llegada del mes de octubre, para reunirse en una camaradería y compartir las cosas gratas reviviendo sus años de escolares, cuando junto a su profesora jefe de curso, Bernardita Miranda, aprendieron que la amistad es un hilo mágico que las une a través de los años.
