Por David Pérez Arce
Bien podría señalar que el ordenamiento en la actividad comercial ha ido mejorando, en los últimos años, tras establecer el feriado “irrenunciable” para los trabajadores que laboran en el comercio establecido.
El respeto a este derecho de un descanso merecido, trae sus consecuencias, que también deben ser valoradas por la ciudadanía. El pasado martes 25, dia de Navidad, la ciudad de Rancagua mostraba un rostro desconocido.
A la febril actividad de los días previos a la navidad, con una población flotante que llega de muchas comunas, quienes vienen a realizar sus compras a Rancagua ante una mayor oferta y variedad de establecimientos comerciales que trabajan en un horario más amplio, de lunes a domingo.
Esta vez, las grandes tienen, los mall, los supermercados y en general el comercio establecido respeto el descanso de su personal y permanecieron cerrados, sin atención de pública.
Ni siquiera el comercio de comida atendieron esa día, llamando la atención, que en el Mercado y terminal Rodoviario no hubo atención de desayunos, mucho menos el almuerzo que tiene una gran cantidad de clientes que llegan desde comuna.
El número de transeúntes disminuyó a cero y las calles céntricas se mostraban desiertas.
La movilización colectiva, mayor y menor, mantuvo el servicio reduciendo el número de máquinas que cumplieron esta función.