Cuando estamos invitados a un almuerzo, cena o lo que sea, nos complicamos con qué llevar, pues es de buena crianza llegar con algo. Lo mismo sucede cuando somos nosotros los que invitamos, la interrogante en este caso es ¿qué postre serviré? a esta interrogante le encuentro una respuesta simple…algo casero, pues se va a transformar en algo más que un postre, será un regalo hecho con dedicación, con amor como ingrediente principal y con dulzura será decorado.
Debemos sacar los dotes de reposteros que tenemos ocultos, no necesitamos transfórmanos en expertos, sólo se requiere hacer un rico postre, pues al final de cada comida lo que marca la jornada es este, si estuvo rico, todo estuvo maravilloso y el encuentro es un éxito, porque el dulce es el que queda en el recuerdo colectivo de todos.
Lamentablemente recurrimos a los postres realizados en series, comprados en supermercados o pastelerías, no está mal, pero en algunas ocasiones (para mí la mayoría) siempre será mejor algo preparado en casa, con sentimiento…a la antigua!
Ahora que estamos en la temporada de frutas variadas, que tal un Mouse de limón, una tarta de duraznos o un rico yogurt natural acompañado con quínoa, frutos secos y alguna frutilla para incorporar color… en fin hay infinitas alternativas que esperan por tus manos para ejecutarlas y de tu imaginación para presentarlas. Disfruten el verano, las tardes se transforman en las horas ideales para una grata conversación, muchas veces no se precisa de nada más que las ganas de pasar un momento agradable con la familia, amigos y un rico postre para endulzar la vida!
¿Qué postre harás?
Clo
