La película familiar de la temporada. Del minuto uno la banda sonora inunda el cine anticipando con un coro de trabajadores la llegada del hielo y de grandes éxitos. Sin duda, las canciones tienen un ritmo pegajoso, que cantan un mensaje fuerte y claro: un acto de amor descongela cualquier corazón.
Esta animación hace recordar a otra versión moderna de cuento clásico: «Enredados» (2010) que contaba la historia de Rapunzel, por su buena animación, pero es esta la que piensa quedarse en la memoria colectiva, como lo hicieron «Un mundo Ideal» de Aladdín (1992) o «Bajo el Mar» de La Sirenita (1989). Frozen cuenta con dos bellísimas canciones «¿Y si hacemos un muñeco?» y «Libre Soy», que ya cuenta con distintas versiones de varios artistas internacionales.
En cierto momento, la música pesa y hace lenta la narración. Seguramente es así por las grandes voces de Idina Menzel o Kristen Bell, ambas del mundo de Broadway.
Los seres fantásticos hacen el equilibrio entre lo real y lo imaginario. Todos con parlamentos sólidos. Destaco las románticas frases de Olaf, el muñeco de nieve, que afirma que aunque esté derritiéndose seguiría junto al fuego por amor.
Frozen es una cinta que emociona y hace reflexionar acerca del amor universal.
Como el amor, esta película es para todos, desde el más pequeño al más grande de la casa. Te aseguro que saldrás de la sala cantando alguna canción pegajosa.
¡No te pierdas esta aventura congelada!
Marco Antonio Núñez
Estudiante de Cine y comentarista de cultura, televisión y artes visuales.