Por David Pérez Arce
Cuando estamos observando a la distancia, las necesidades de viviendas, en las ciudades de Arica a Iquique, como consecuencias del terremoto que afectó a esas dos importantes ciudades de nuestro país, a las que se sumaron los damnificados de Valparaíso, que sufrieron un impacto distinto, el siniestro de más de 2.000 viviendas.
Esta tarea de reconstruir requiere de dos cosas esenciales. La primera de ella es contar con los recursos económicos para levantar las viviendas y lo segundo es el factor tiempo, pues esta tarea va más allá de un par de años.
En la Región de O’Higgins, como consecuencia del terremoto y tsunami del 27 de Febrero del 2010, el drama fue de tener que hacer frente a la solución de 26.756 viviendas y esa tarea, que partió con mucha fuerza, demoró cuatro años.
Hasta el año 2013, se había logrado la solución a más de 20.000, habiéndose entregado 13.431 casas nuevas, mientras que 6.634 fueron reparadas, permitiendo que las familias volvieran a sus hogares y así a la normalidad.
Estos antecedentes que son elocuentes, nos permite dimensionar que Chile tendrá un periodo difícil para hacer frente a esta recuperación de viviendas.
