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Chamanteras de Doñihue apuntan a nuevos mercados con la creación de innovadores productos

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Gracias a una iniciativa ejecutada por el Programa de Artesanía de la Universidad  Católica de Chile, las reconocidas artesanas del chamanto podrán utilizar su tradicional técnica en la elaboración de carteras, bolsos, cinturones y billeteras.

 

Crear nuevos productos a partir de los tradicionales chamantos de Doñihue  tiene movilizadas a las artesanas y diseñadoras del proyecto FIC “Innovando en la Artesanía Tradicional del Cachapoal”,  financiado por el Gobierno Regional y ejecutado por la Pontificia Universidad Católica de Chile junto a la colaboración de SERNATUR.

 

Las flores, uvas, diseños campestres y listados multicolores, propios de los chamantos y mantas de Doñihue que el huaso chileno usa comúnmente en el rodeo, hoy un grupo de tejedoras de esta tradicional prenda están empeñadas en lograr que sus diseños trasciendan los actuales contextos de uso y pasen a ser parte de un mercado de productos exclusivos.

 

La idea, no es que las artesanas dejen de hacer chamantos y mantas, sino que además puedan incorporar nuevos productos elaborados con la misma técnica, a su actual oferta de comercialización, poniendo en valor lo que las tejedoras ya realizan, aprovechando el capital turístico del Cachapoal.

 

Para lograr este objetivo, 25 chamanteras se encuentran  trabajando con un equipo de diseñadoras del Programa de Artesanía UC, expertas en textiles tradicionales. El trabajo que en conjunto han desarrollado, incluye una serie de capacitaciones, encuentros y entrevistas pero por sobre todo la creación de una relación de conocimiento mutuo entre Artesanía y Diseño.

 

Conectando redes

Dentro de los aspectos que contempla el proyecto se encuentran también: el capacitar en innovación, competitividad y gestión empresarial a los talabarteros de la cárcel de Rengo y orfebres de Coya, investigar y desarrollar innovación de productos con identidad, tradición y calidad y fortalecer el trabajo en red colaborativo entre las agrupaciones artesanales de la provincia.

 

La Intendenta de la Región de O’Higgins, Morin Contreras, comentó que con este proyecto “además de permitir que nuestra artesanía regional pueda abrirse a nuevos mercados mediante una gama más amplia de productos, también es una forma de generar nuevas redes y vínculos entre las chamanteras de doñihue y los talabarteros del Centro Penitenciario de Rengo, para que puedan innovar en sus productos artesanales. Con esto además estamos aportando y entregando herramientas para una futura reinserción social de éstos diez internos que participan del proyecto”, explica.

 

Es así como a mediados de diciembre del año pasado y ante la mirada atenta de un gran contingente de gendarmes, diez internos del Centro Penitenciario de Rengo, se reunían por primera vez con las chamanteras y el equipo de la UC.

“Nosotros hace tiempo que estábamos buscando un talabartero que quisiera innovar”, dice Carmen Carrasco, chamantera con 54 años de experiencia en el oficio, quien vio en esta primera reunión una oportunidad para lograr este contacto y facilitar la innovación que buscan.

 

El objetivo de este encuentro fue vincular a ambos grupos de artesanos para establecer redes que permitan enlazar la producción textil de Doñihue con otras artesanías de factura regional en pos de generar nuevos productos.

 

En la ocasión, las profesionales de la UC explicaron las complejidades de un proceso que recién comenzaba, mientras un maestro artesano evaluaba la calidad y terminaciones de la producción en cuero que realizan los internos.

 

El artesano Juan Pinochet compartió con los talabarteros y realizó esta primera evaluación, mientras que la segunda fase de crear piezas de muestra o prototipos que permitan usar el cuero, la realizará Daniel Vicencio. Ambos son artesanos que han recibido el Sello de Reconocimiento a la Excelencia en Artesanía y además de sus propios productos también realizan clases.

 

Desde el primer encuentro ya han pasado varias capacitaciones en color, técnica, marketing y marca, por solo nombrar algunos pasos que han mantenido en ardua labor a las chamanteras de Doñihue.

 

Celina Rodríguez, encargada del proyecto y diseñadora del Programa de Artesanía UC, explica que la creación de los contenidos de capacitación así como las decisiones de diseño, se han pensado en conjunto entre diseñadoras y artesanas. “Para hablar de color ha sido necesario que las tejedoras muestren todo el repertorio de hilos que usan, en eso nos basamos para las capacitaciones y las elecciones de los colores que se utilizarán en la nueva producción, además para elegir la familia de productos se ha tenido que observar las dimensiones de telares y comportamiento del material y para buscar nuevos puntos de venta debimos investigar y conocer los actuales canales en que las tejedoras venden”, cuenta Celina.

 

La estrategia

La decisión de combinar diferentes oficios artesanales de la provincia para la creación de los nuevos productos es una decisión que tampoco ha sido arbitraria.

 

“Las prendas que tradicionalmente realizan las chamanteras son hijas directas del telar, son cuadradas o rectangulares y tienen dos bordes muy bien solucionados y dos que presentan flecadura. En un análisis conjunto con las artesanas, llegamos a la conclusión que los nuevos diseños deben respetar esas formas originales,  evitando cortar, doblar o agredir de cualquier manera el tejido, haciéndolo protagonista”, dice Soledad Hoces de la Guardia, diseñadora UC y parte del equipo.

 

Explica Soledad, que a partir de estas observaciones, la incorporación del cuero y también el metal a través del contacto con orfebres que han tenido las artesanas, se han encontrado  formas de solucionar las terminaciones de flecos y también aportar a las renovadas funciones que tendrán los productos que crean actualmente.

 

Aplicando estos criterios, piensan hacer familias de accesorios en diversas dimensiones. “Los accesorios permiten utilizar la misma técnica y conocimiento de las artesanas, aplicado a productos más pequeños y con usos masivos. Estamos haciendo artesanías de gran calidad, así como lo son chamantos y mantas, que estén dirigidas a un mercado de lujo”, agrega Celina.

 

Según la diseñadora, hay un público interesado en este tipo de productos no solo en la región, sino que también fuera. “Ahora la gran vitrina de las mantas y chamantos es el rodeo, pero eso podría pasar en todo Chile, con otros productos para uso femenino, que es uno de los enfoques que estamos aplicando. De allí que las creaciones incluyan carteras, bolsos, cinturones y billeteras, por nombrar las principales”, explica.

 

Actualmente las artesanas están tejiendo los primeros prototipos luego de un riguroso proceso, del cual una de las partes más compleja es hacer que lo que en conjunto se ha pensado, logre materializarse de forma que satisfaga a todas las implicadas.

 

Carmen Carrasco fue una de las primeras chamanteras en poner en el telar los hilos para el tejido de una nueva artesanía y ahora recién terminado, ve lo que pronto será una cartera de fiesta. “Ya lo terminé y ahora estoy ansiosa por ver el resultado final con el trabajo del talabartero”, dice. Medio en broma, Carmen cuenta que el proceso ha sido largo y que a esta primera pieza terminada la esperan como esperarían la llegada de un niño.

 

El equipo cree que la presentación masiva de las creaciones se hará a fin de año en la Muestra de Artesanía UC que se realizará en el Parque Bustamante en diciembre.

 

Marca Propia

Al observar la comercialización de los chamantos y mantas que se tejen en Doñihue, el equipo notó que las prendas se venden en lugares no señalados y a veces también las comercializan personas que las venden como parte de una producción propia inexistente.

 

Para subsanar esta problemática es que el proyecto en una de sus aristas, plantea desarrollar una marca asociada al territorio, el oficio y las personas, identificando los nuevos productos y los ya tradicionales. Estrategia lógica comentan las profesionales de la UC, si se considera que “si en todo Chile se reconoce un chamanto y manta como una fina artesanía nacional, entonces es justo que también se reconozca a su productora y al lugar que le da origen, porque es parte de nuestra identidad como chilenos”, señala Celina.

 

Lo anterior también implica planificar una estrategia que se enganche con el desarrollo turístico de la zona, aprovechando el potencial que tiene el Cachapoal y especialmente Doñihue.

 

Hasta hoy, las artesanas ya han dado un vistazo a algunos prototipos de lo que será la aplicación de marca a sus productos, propuesta que se hizo a partir de sus propias opiniones y gustos.

 

Para crecer

El trabajo desarrollado hasta ahora, ha permitido actualizar información sobre la cantidad de tejedoras que actualmente hay en Doñihue,  constatando que son cerca de 60 personas las que tejen, número que se mantiene estable desde hace unas décadas.

 

Es de esperar que iniciativas como ésta, que pretenden mejorar la comercialización de los chamantos y mantas a través de nuevos productos, aumenten no solo el interés del público para usar prendas contemporáneas a partir de estas técnicas, sino que también aliente las ganas de las chamanteras y sus familias por perpetuar su oficio.

 

 

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