Uno de los mayores desafíos que enfrentan las empresas en el país está en fomentar la vida sana de su personal. Chile ha registrado en los últimos años un gran crecimiento económico que se ha traducido en un incremento de la productividad y de la fuerza laboral, sin embargo, persisten deficiencias en los problemas de salud de los trabajadores, ante los cuales el sector privado debe tomar acciones.
Un estudio de la OIT sobre alimentación laboral -presentado a mediados de 2013-, reveló que el 17% de los trabajadores menores de 30 años en el país ya presenta alguna patología crónica asociada a la alimentación, proporción que se duplica en los mayores de 40 años.
Un claro ejemplo de esto se ha dado en la minería, sector que se ha consolidado como una de las principales actividades económicas del país, pero en donde esta problemática es representativa de lo que sucede en otras industrias locales.
Tras la entrada en vigencia de la modificación al Decreto 594 del Ministerio de Salud, sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo, se establecieron medidas de prevención y protección de la salud para quienes laboran expuestas a grandes alturas. Así, el examen de Evaluación de Salud para Exposición a Gran Altitud, se transformó en uno obligatorio, y a la fecha ha calificado como “no aptos” para desempeñarse en estas faenas a un número importante de trabajadores, principalmente por presentar problemas de sobrepeso, presión arterial o exceso de azúcar en la sangre, derivados en muchos casos de una nutrición inadecuada. Si extrapoláramos estos resultados a otros sectores de nuestra economía, lo más probable es que nos encontraríamos situaciones similares.
Frente a este escenario, sin duda es necesario destacar los esfuerzos que ya se están haciendo desde el sector privado para velar por la salud y seguridad laboral. En Sodexo alimentamos diariamente a más de 78 millones de personas en el mundo y a 500 mil en Chile, con varias faenas mineras a nuestro cargo, por lo que entendemos y hacemos como propia la urgente necesidad de cambio en la nutrición laboral.
Por ejemplo, a través de nuestro programa ‘Equilíbrate’, ayudamos a las empresas en mejorar y encontrar un estilo de vida más saludable, entregándoles herramientas concretas para que puedan motivar hábitos saludables entre sus colaboradores. El sector privado puede así hacerse cargo de esta realidad como un tema prioritario y alcanzar el desarrollo esperado. Como empresa hemos sido testigos de cómo disminuir los factores de riesgo entre los trabajadores impacta positivamente en la salud y actitud de las personas, como también en el resultado de las organizaciones.
Hoy está claro que para cualquier empresa, su capital más importante son las personas que la conforman. Por lo mismo, la nutrición laboral debería ser uno de los focos del sector privado, debido a sus efectos en la calidad de vida.
Fomentar una alimentación saludable es económicamente viable, y es una práctica empresarial rentable. El sector privado debe avanzar aún más en desarrollar y adoptar políticas -en forma permanente- que incentiven la salud de sus colaboradores y así la de de organizaciones “sanas” que puedan enfrentar los desafíos del desarrollo.
Patricio Fernández
Director de Comunicaciones y RSE de Sodexo Chile
