Recién terminó un acontecimiento futbolístico, el campeonato mundial que se disputo en Brasil, donde el seleccionado chileno dejó un grato recuerdo con su presentación deportiva.
Esta selección borro el papelón dejado en el Estadio Maracaná por otro equipo, también selección de nuestro país, ocasión en la que en un hecho sin precedentes, se retiraron del estadio, dejando como recuerdo, la más negra impresión deportiva.
Hubo un hombre a quien se le formuló la más grave acusación y se le suspendió de por vida su condición de dirigente deportivo, en otras palabras, se le marcó con aquella actitud poco deportiva, un amargo momento que se llevó hacia la tumba.
El Dr. Stoppel falleció ayer, en su residencia en Santiago, su corazón dejó de latir en horas del sueño.
Este médico de profesión, un ciudadano de gran nivel como persona, que es fue uno de los fundadores de Cobreloa, que fue presidente de la institución, durante los años dorados de la institución naranja. Este Cobreloa que dejó tan alto el prestigio del fútbol chileno. Ese equipo que le ganó a los argentinos, uruguayos y Brasileros. Este plantel que fue dos veces finalista de Copa Libertadores de América, que fue elogiado en muchos países, por su correcto desempeño, por triunfar con hidalguía respetando a sus rivales, ese Cobreloa de los mineros de Chuquicamata, que llevó la alegría del fútbol a rincones tan desconocidos como apartados, Toconce, Ayquina, Chiuchiu…
Este dirigente tan correcto a quien el fútbol chileno le solicitó que tomara el timón del fútbol, logrando con su prestigio que se reanudara una competencia.
Nunca dejó de lado su profesión de médico, viajando en la tarde del domingo a Santiago para atender la dirección del fútbol retornando a su querido Chuqui en la tarde del martes, para seguir en su tarea de Director del Hospital Roy H. Glover y seguir pendiente de “su Cobreloa”.
Este médico, que me distinguió con su amistad, que me entregó tareas tan importante, como la de investigar y escribir la historia de Cobreloa, se marchó… alejado del fútbol y del reconocimiento a tan brillante labor durante tantos años y hasta olvidado.
Se que en el norte lo seguirán recordando, a ese muchacho que llegó al mineral a realizar su práctica de médico y que llegó a ser director del centro médico más importante de nuestro país.
Sergio, me quedo con el más grato recuerdo de haber conocido a un ciudadano, a un profesional, a un padre de familia, que deja una huella imborrable a quienes deja con una tristeza en el alma.
David Pérez Arce
Periodista
