Hace algunas semanas comí un rico pan….preparado gran parte por unas manos pequeñas que se divertían mientras amasaban. El panadero con sólo 6 años de edad, disfruta estar en la cocina, sobre todo si de pan se trata.
Muchas veces les decimos a los niños que la cocina no es para ellos, que deben estar lejos porque es una zona roja (peligro), pero en realidad hasta los lugares más seguros se transforman en un peligro para los niños, lo que debemos hacer, es estar atentos y no confiarnos si están callados, pues el silencio muchas veces algún peligro trae.
Debemos tener presente que los niños aprenden jugando, para ellos todo se hace más fácil y entretenido si les presentamos las actividades como juego, como diversión. Siempre quieren palpar, oler, sentir, como digo yo “ver con las manos”, ocupan todos los sentidos (los envidio, uno con el tiempo pone distancias a experimentar), entonces que mejor que incorporarlos en la cocina en forma lúdica, les hacemos parte de una jornada donde aprenden hacer pan, pues una vez que están incursionando en la masa, lo recordaran cada vez que lo coman y este recuerdo quedara grabado en su memoria.
Aprovechemos a los niños en todos sus momentos, nos enseñan mucho, sobre todo a reír, a descubrir que en lo simple esta la belleza de las cosas. No le quitemos la ilusión de explorar mundos, de vivir situaciones, de probar sabores, de cometer errores y luego encontrar soluciones. Entonces compartamos con ellos una tarde en la cocina preparando pan amasado, un pan que tendrá uno de los sabores más ricos, un pan hecho por unas lindas manos, con una linda mirada y una sonrisa maravillosa cuando ven el resultado final.
Si aún están con vacaciones, disfruten este tiempo, de lo contrario lo pueden dejar para un fin de semana, no le digas no….pues nunca se sabe si frente a ti…tienes a un futuro chef.
¿Qué prepararan juntos?
Clo