¿Equipo de Trabajo o Trabajo en Equipo?, sin duda siempre ha sido una interrogante para toda organización, no obstante ambos son complementarios el uno del otro y persiguen una meta, un logro final u objetivo.
Partiremos definiendo ambas, entendiendo que existen muchos autores que se han referido al tema:
Equipo de Trabajo: Grupo de personas con diferente conocimiento o capacidades orientadas a un objetivo común, dirigidas por un jefe o entrenador.
Trabajo en Equipo: Grupo de personas solidarias, motivadas, comprometidas con diferentes conocimientos o capacidades, orientadas por una buena comunicación y con una estrategia a un objetivo común, dirigidas por un jefe o entrenador.
Por ello, podemos deducir que lo importante de obtener un buen equipo de trabajo para lograr Trabajar en Equipo depende en gran medida de la capacidad del jefe o líder de influencia. Esta se verá reflejada ya sea al momento de conformar cualquier tipo de organización y seleccionar al personal idóneo y competente o bien cuando ya el Equipo de Trabajo está conformado, debiendo analizar a cada uno de los integrantes para ver su compromiso y comportamiento dentro del grupo en pos de la consecución de las metas. PERSONA ADECUADA LUGAR ADECUADO.
Es por lo tanto decisivo el rol del líder, quien debe aprovechar la diversidad, percibir las cualidades individuales de cada uno de los colaboradores, crear un sentido de pertenencia y a la vez potenciarlas, incentivando a todos a una sana competencia en beneficio del grupo y cada uno de los que conforman la organización, aportar ideas creativas o proponer iniciativas con el fin de lograr el objetivo deseado.
La clave de lo anteriormente descrito radica en la convivencia grupal, debiendo existir una relación personal y equilibrada entre los integrantes incluso por sobre la relación profesional, para así lograr ambientes laborales sanos y productivos.
Las personas que integran el grupo deben poseer la visión conjunta de un objetivo común y del beneficio que esto conlleva hacia la colectividad por sobre la visión personal y más bien subjetiva. Aceptar los aportes de los demás integrantes y valorar sus opiniones, como también las críticas bien intencionadas y constructivas, junto con la libre y respetuosa expresión de opiniones, son actitudes que revelan madurez emocional que indudablemente beneficiarán el clima laboral y se expresará en la consecución de objetivos.
Si el personal goza de armonía en su ambiente laboral, donde exista un grupo cohesionado no importará la dificultad que se presente, pues siempre buscarán una solución en conjunto.
Juan Carlos Carrasco
Director Administración y Operaciones
Santo Tomás Rancagua
