Por David Pérez Arce
El primer club del fútbol chileno, fue fundado en Valparaíso, es Santiago Wanderes y de eso, hace poco más de cien años. Un siglo, en el que existieron instituciones en Santiago, varias de ellas se crearon a través de las colonias extranjeras residentes en nuestro país. Las más antigua, Española, Italiana, Palestina y también aparecieron grupos de industriales, como los microbuseros, existiendo otros como Huachipato nacido en la industria del acero.
Existían estas instituciones y el fútbol no recibía recursos estatales, se mantenía generando recursos de su peculio, en el caso de O’Higgins, la empresa minera Braden Cooper, le construyó un estadio para sus trabajadores, además del apoyo económico, que se entregaba a la institución deportiva.
Fue la base, para crear una “empresa deportiva” más solida, al unirse con el C.D. América y dan vida a la actual institución convertida en Sociedad Anónima Deportiva (SADP).
Todo esto era conocido como el fútbol chileno, hasta que llega el año 2005, en el Gobierno de Ricardo Lagos que promulgó la Ley que creó las sociedades anónimas deportivas.
En la actualidad existen 32 clubes, que militan en primera y segunda división, que cobijados en la ANFP genero ingresos, entre el 2013 y 2014, del orden de los US$ 79,6 millones, los clubes integrantes de la Asociación Nacional de Fútbol profesional acusan perdidas de US$ 36,6 millones.
A simple vista, el fútbol chileno, que ubica a la selección entre las cinco mejores del mundo, lo que no tiene, es el punto una deficiente administración en lo económico, con dirigentes que en el manejo de una empresa no saben o no entienden, quienes manejan recursos que disponen de ellos con total irresponsabilidad.
