La crisis de confianza, provoca daños múltiples en la sociedad chilena, ya que además del perjuicio directo de una evasión impositiva de un grupo de políticos o la colusión de un empresariado inescrupuloso, se crea una sensación de frustración y pesimismo que hace creer a las personas que no importa lo que un individuo haga, nada lo sacará de la frágil situación donde se encuentra. Tal vez esto sea el peor diagnóstico del Chile de hoy, sumir a una sociedad que contaba con una autoestima reconocida a nivel mundial, en un pesimismo pocas veces visto. El “Chileno emprendedor” que vimos durante años formar Pymes y más Pymes, corre riesgo de no tener un recambio generacional, ya que las nuevas generaciones podrían venir con este estigma de “País Bananero” y en vez de pensar en desarrollarse en Chile, vean con mejores ojos emigrar. Esto no sería nada nuevo, le ocurre a casi todos nuestros vecinos en el continente, que ven como sus mejores elementos en los aeropuertos la mejor forma de emprender sus ideas.
Es difícil no sumarse al descontento que reina en el discurso diario de la gente, uno, casi por instinto cae en lo mismo. Debe ser esa vieja costumbre del ser humano de culpar al empedrado, es decir, achacar los problemas propios a un tercero. Pero, ¿cómo cambiamos esto?
La respuesta es, participando. ¿Y dónde? Donde usted elija, pero sin dudas la Política es la herramienta de transformación social más potente que existe, no se debe demonizar, la política siempre es buena, porque es opinión y método, lo que es malo es la demagogia y la mentira, que es la mala utilización de la política, que en su principio no es más que generar una serie de acciones en pro al bien común.
Y acá estamos, un grupo de personas que decidió dejar de lado todos los prejuicios y con los pies en la calle se atreve a detener al ciudadano común para conversar y explicar que existe otra forma de ver el futuro. Un grupo que cree que el empoderamiento de la Sociedad Civil es el camino, que se cansó que el Estado sea el Arca de Noé de los partidos políticos, un grupo de personas comunes que está dispuesta a dejar todo para sumar a nuestro Chile, y cree fielmente que no son más que las personas empoderadas quienes tienen la potencia para cambiar vidas y el rostro de un país.
Nosotros vemos un Chile sin justicia, un Chile de gente cansada de la concentración de poder, la gente quiere soluciones, quiere oportunidades, quiere competir, quiere trabajar. Por eso necesitamos el apoyo de la ciudadanía, gota a gota se forma un océano, y en eso estamos. Somos Evópoli, Somos El Cambio, Somos Sociedad Civil en Movimiento. Con su adherencia no solo está creyendo en este grupo de personas con ansias de cambio, también está aportando sangre nueva no contaminada, que lucha por un Chile donde todos podemos dar nuestra opinión y donde cada Chileno sepa, desde su infancia, que su actuar, su trabajo y su mérito propio serán suficientes para llegar al lugar que él elija.
Christian Villegas G.
Coordinador Evópoli Sexta Región.
