El doctor en Ingeniería Ambiental y académico de la Universidad de Santiago, Luis Díaz Robles, advirtió que, a pesar de que la autoridad prohíba, por ejemplo, el uso de leña, es difícil reemplazarla por su bajo valor. Agrega que se deberían priorizar medidas importantes como “la calefacción distrital por biomasa, la aislación térmica, los artefactos certificados y los pellets”.
Por Andrés Zanetti Aránguiz
A partir de este jueves se decretó preemergencia ambiental entre las regiones del Maule y Aysén producto de la pésima calidad del aire que, en algunas ciudades como Los Ángeles, Osorno y Coyhaique, alcanzó incluso niveles de emergencia. Para enfrentar esta situación, la autoridad prohibió en Talca, por ejemplo, el uso de calefactores a leña y de fuego para quema de malezas o rastrojos.
El académico de la Universidad de Santiago, especialista en calidad y control de la contaminación del aire, Dr. Luis Díaz Robles, señaló que, a pesar de que el Ministerio del Medio Ambiente esté fomentando este tipo de medidas, “son tantas las casas que usan leña, que esas medidas probablemente generarán poco efecto en el corto plazo”.
El experto sostiene que para los sectores vulnerables del sur de Chile es prácticamente imposible dejar la leña por otro tipo de combustible. “El gas, la parafina y la electricidad son muy caros, y no pueden mantenerlos en el tiempo, sobre todo si hay temperaturas bajo cero. Entonces, el precio de la calefacción aumentaría enormemente para los hogares que no tienen un poder económico tan elevado”, enfatiza.
A pesar de que el especialista reconoce que estos reiterados episodios con altos niveles de polución ambiental se deben, en gran medida, al exagerado uso de la leña en hogares, “es difícil que la gente no se pueda calefaccionar con este combustible debido a los fríos intensos que ha habido en el sur de Chile”, explica.
Respecto a los planes de descontaminación atmosférica, sostiene que a pesar de que han sido aprobados y se están llevando a cabo, “tristemente, estamos pasando por un par de años económicos complejos, y eso genera que a veces escaseen los recursos necesarios para poder implementar las medidas que bajen los índices de polución”.
Díaz explica que por esta falta de recursos, no se han podido implementar medidas importantes como “la calefacción distrital por biomasa, la aislación térmica, los artefactos certificados y los pellets. Fomentar eso a veces cuesta, sobre todo cuando el Estado tiene que generar subsidios para poder ayudar a esas ciudades del sur del país”.
Con todo, el experto recalca que la inversión para descontaminar ciudades, tanto pública como privada, “no solo se debe reflejar en Santiago, sino que también en regiones, principalmente, para comenzar a mejorar los sistemas de calefacción”.
El Dr. Díaz afirma que los altos niveles de contaminación ambiental no se pueden solucionar en lo inmediato y que, por tanto, “se requieren varios años para que esto se vaya resolviendo”.
No obstante, sostiene que, en un mediano plazo, el pellet podría reemplazar a la leña. “Aunque actualmente el valor del pellet es un poco alto, es porque hay poca oferta. El Estado hoy en día está fomentando la producción de pellet, incluso pellet de otros tipos de residuos, distintos del aserrín, como agrícolas y agro industriales. Eso incrementaría la oferta y por tanto, se reducirían los precios”.
En esa línea, el experto subraya la urgencia de la implementación pronta de esta medida. “Por ejemplo, una estufa a leña genera 8 a 10 gramos por hora de material particulado y una estufa a pellet genera no más de 1,5 gramos por hora. Entonces, hay una gran diferencia. Estoy convencido que hacia allá debemos caminar”, concluye.
