Por David Pérez Arce
Frente a la desaceleración económica sectores de la Nueva Mayoría abogan por un fortalecimiento de los planes estatales generadores de empleo.
En el mundo académico sostienen que muchos de estos trabajos no solo son de baja productividad, sino que desincentivan el esfuerzo personal para buscar otras opciones.
Los programas de empleo directo son objeto permanente de debate, principalmente porque han dejado de estar ligados a las emergencias y se han eternizados en algunas regiones del país.
Las cifras de la dirección de presupuesto (Dipres) correspondiente a marzo del 2016 dan cuenta que 564.275 personas se desempeñan en trabajos que dependen directamente de recursos del Estado.
Esta cifra representa un alza de 11,5% respecto a los 506 mil, de estos puestos que se registraron en marzo del 2015 y es siete veces mayor a los 76 mil puestos que se observaron en el mismo periodo del 20065, cuando recién se iniciaba el primer gobierno de la Presidenta Bachelet.
