Junto a otros cuatro dirigentes campesinos del país, Juan Francisco Herrera Cabrera, fue distinguido en la ceremonia nacional de celebración del día de las campesinas y campesinos, que contó con la presencia de la Presidenta Bachelet, en Calle Larga, región de Valparaíso.
Los octogenarios dirigentes del mundo rural tuvieron una destacada participación en el proceso de Reforma Agraria que se conmemoró el 28 de julio, con la promulgación de la ley en 1967 durante el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva.
Nacido en diciembre de 1935 Juan Francisco Herrera desde muy joven se hizo dirigente campesino en el sindicato Manuel Rodríguez de San Vicente de Tagua Tagua. En 1967 fue electo presidente de la Federación Campesina de Cachapoal y Colchagua y en 1981 fue dirigente nacional de la Confederación Campesina e Indígena El Surco. Actualmente, es el presidente de la Federación Campesina Bernardo O`Higgins y encargado de comunicaciones de la Confederación Sindical Campesina, del Agro y Pueblos Originarios Ranquil.
“Este es un merecido reconocimiento a quien lleva al menos 40 años como dirigente campesino en la región de O’Higgins. Es un conocido militante del partido comunista que siempre ha estado comprometido con sus pares como dirigente en la lucha por las reivindicaciones sociales y mejores condiciones de vida y trabajo, particularmente de los trabajadores agrícolas, que son para nosotros en INDAP parte del mundo rural, una de las prioridades que tenemos dentro de un Gobierno que busca mejorar las condiciones de bienestar de sus habitantes”, manifestó el director regional de INDAP O’Higgins, Carlos Felipe Vergara.
En la ceremonia de Calle Larga, que tuvo la participación del ministro de agricultura, Carlos Furche, y el director nacional de INDAP, Octavio Sotomayor, se resaltó que las leyes 16.640 de Reforma Agraria y 16.625 de Sindicalización Campesina tuvieron importantes implicancias históricas y socioeconómicas para el país, al modificar para siempre el régimen de tenencia de la tierra y cambiar la condición de sometimiento y abusos en que vivían los obreros del campo e inquilinos hasta los años 60: Dinamizaron la producción agrícola, terminaron con la supremacía del latifundio, mejoraron las condiciones de vida de los habitantes de las zonas rurales y transformaron al campesinado en una fuerza social que se ha mantenido activa hasta hoy.
