Por David Pérez Arce
La Presidenta Michelle Bachelet gozo siempre de especial simpatía y afecto que le brindó la ciudadanía durante largos años, ellos sin lugar a dudas.
Tras su primer periodo en La Moneda, se retiró con una adhesión de un 60% que le brindó la ciudadanía y eso la llevó a que se repostulara para un segundo periodo, que dicho sea de paso, estaba lejos del apoyo de los partidos políticos de la Concertación.
Como consecuencia de su respostulación nace un nuevo conglomerado político, la Nueva Mayoría, que amplía su base adhiriendo a su base al partido Comunista en un afán de aumentar la popularidad y adhesión a su nuevo gobierno.
La caída en las encuestas llegó este mes a un punto increíble al marcar solo un 15%, que es la adhesión más baja alcanzada por un gobierno desde el ’90 a esta fecha. Si a eso se agrega que recibe el peor rechazo, llegó a un 65% es también la más baja de la adhesión lograda por un gobierno desde el retorno a la democracia.
¿Cómo revertir la situación? Es la tarea que tienen por delante los partidos de la Nueva Mayoría en una situación que se ve poco menos que imposible.
