La peor noticia en la actividad minera la constituye la ocurrencia de accidentes fatales. Generan mucha tristeza, alto costo social y grandes pérdidas para la empresa.
Hace más de una semana, preparando una charla de Prevención de Riesgos en la Minería, me basé en las siete reglas de oro y guía de estándares de Control de Fatalidades incluidas en los sistemas de gestión de algunas empresas de la Gran minería del Cobre. Éstas consideran como uno de los riesgos típicos y potenciales de accidentes, el ocasionado por vehículos livianos y pesados en los caminos de las faenas de rajo abierto.
El 30 de agosto de 2016, cuando impartía la charla, se supo que el día anterior había ocurrido el accidente de Chuquicamata en que, debido a la colisión de un camión de extracción y un vehículo de transporte de personal, fallecieron dos trabajadores.
Los accidentes típicos de la minería a rajo abierto incluyen entre los más potenciales y graves los ocurridos debido al cruce de vehículos livianos y pesados en sus faenas y operaciones. Es un riesgo conocido y tratado por los sistemas de gestión y programas de Prevención de las Empresas Mineras.
Partiendo de la premisa que todos los accidentes son evitables y ocurren por condiciones sub estándares y acciones inseguras, en estos momentos se lleva a cabo el proceso de investigación del accidente por parte de la empresa y organismos fiscalizadores, instancia que reúne la totalidad de antecedentes para determinar las causas que lo produjeron. Estas causas sin duda considerarán condiciones sub estándares y omisiones a procedimientos, normas y reglamentos establecidos por la misma empresa y/o transgresiones al Reglamento de Seguridad Minera, que estipula entre sus artículos, exigencias específicas para evitar este tipo de accidentes.
Juan Pablo Fernández
Jefe de Carrera Área Minería
IP-CFT Santo Tomás Rancagua
