El especialista en educación de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Daniel Ríos, afirma que el enfoque de la iniciativa de los parlamentarios para permitir que los establecimientos escojan a todos sus estudiantes y no solo a un 30%, como propone la Ley de Inclusión, sólo favorece a un grupo muy reducido de los alumnos de los grupos más postergados. Por otro lado, critica que el éxito de estos colegios emblemáticos solo se produce por este factor y no por la calidad de su modelo educativo. “Si estas escuelas fueran exitosas, no necesitaríamos selección”, cuestiona.
Un grupo de senadores anunció la presentación de una propuesta para reponer la selección en los liceos emblemáticos. La iniciativa busca reemplazar la disposición aprobada en la Ley de Inclusión, que solo permite que estos establecimientos escojan al 30% de su alumnado, dándoles la posibilidad de que permitan un acceso por mérito académico para todos los quintiles socioeconómicos, pero en una misma proporción para cada uno. Esto, luego de conocer los resultados de la PSU, donde recintos municipales como el Instituto Nacional o el Liceo Carmela Carvajal no estuvieron dentro de los 50 mejores como en años anteriores. La situación ha alertado respecto a que acotar aún más la selección en estas escuelas podría profundizar sus malos resultados.
Para el experto en educación de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Daniel Ríos, con este proyecto, “lo que nos están diciendo los parlamentarios es que el éxito se da por variables externas, como la selección, y no por el trabajo pedagógico que se hace al interior de las escuelas. Si estas escuelas fueran tan exitosas, no necesitaríamos selección”, sostiene.
Para el académico del Departamento de Educación del plantel estatal, con este enfoque, “estos establecimientos no podrían exportar su modelo educativo-pedagógico ni sus propuestas respecto al trabajo educativo de otros establecimientos que no tienen éxito académico”, critica.
De acuerdo a la nueva fórmula, propuesta por los congresistas Ignacio Walker (DC), Fulvio Rossi (ex PS) y Andrés Allamand (RN), los liceos harían una preselección que se manda al Ministerio de Educación para que la cartera distribuya los cupos de manera equitativa en cinco grupos, correspondientes a los distintos quintiles socioeconómicos.
Aunque el académico reconoce que esto podría permitir que un 60% de los estudiantes de los emblemáticos sean de los quintiles más vulnerables, sostiene que un problema relacionado a la materia es responder “cuál será la democratización en los procesos pedagógicos y educativos para asegurar, de acuerdo a la diversidad de cada estudiante, que todos ellos podrán alcanzar los objetivos planteados por el currículo nacional. De eso, nada dice la propuesta”.
“La democracia para una educación inclusiva y de calidad va por otro camino”, señala Ríos. Finalmente, enfatiza que “este tipo de propuestas le viene bien a un sector muy minoritario de los estudiantes de sectores vulnerables, pero uno se pregunta qué pasa con el resto”, critica.
Medida apresurada
Para el académico, la medida es poco reflexiva y estudiada. “Da la impresión de que es una medida apresurada. Desconozco la evidencia científica de que esta posibilidad a través de quintiles pueda dar cuenta de un mejoramiento de la calidad de los aprendizajes de estos liceos de manera automática”, sostiene.
“En ninguna parte se encuentra evidencia por parte de los parlamentarios del fundamento de la propuesta que están haciendo. Sería interesante preguntar cuál es la lógica que están usando”, insiste.
Además, el experto afirma que el proyecto debiera considerar una solución más integral. “La educación no solo pasa por estas medidas, sino que deben incluir el trabajo de los profesores y la comunidad escolar para darle a cada estudiante las herramientas teórico-prácticas que le permitan alcanzar su desarrollo en cuanto potencialidades, dando cuenta así de los objetivos del currículo escolar. Esa discusión nunca está presente en este tipo de propuestas”, concluye.
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