No podemos quedar indiferentes ante la brutal golpiza que recibió el perro callejero “Cholito” en Barrio Patronato, fallecido luego de haber sido apaleado durante 30 minutos por una mujer que afirma haberlo hecho por dinero. ¿Es esto una conducta que hemos aceptado como sociedad? Uno de los aspectos relevantes del humano es su capacidad de conmoverse ante las desgracias ajenas y en muchos casos incluso prestar ayuda en situaciones que ponen en riesgo su propia seguridad. Este comportamiento es prácticamente exclusivo del ser humano. El premio nobel George Bernard dijo, “»El peor pecado para con nuestras criaturas amigas, no es el odiarlas, sino ser indiferentes con ellas, esa es la esencia de la inhumanidad».
Estudios psicológicos revelan que maltratadores de perros muestran un perfil psicopático, con un fuerte complejo de inferioridad que los lleva a proyectarse como un ser fuerte y temible ante el perro. No muy diferente al perfil de un femicida, violador o alguien que maltrata niños.
En estudios comparativos se ha visto una mayor incidencia de antecedentes de abuso a animales en presidiarios por crimen violento respecto a un grupo de hombres no violentos no encarcelados. Se encontraron también antecedentes de crueldad animal con animales en exhibicionistas, acosadores sexuales, violadores y asesinos. Algunos de los asesinos en serie más conocidos iniciaron su carrera de crueldad y torturas con animales. Más allá de legislar para endurecer las penas ante el maltrato, no podemos seguir siendo indiferentes ante esta clara muestra de que nuestra sociedad está cada vez más enferma, donde una mujer es capaz de apalear a un inocente perro hasta darle muerte a cambio de un poco de dinero. Y finalmente nuestras autoridades, siempre “Reactivas”, comienzan a indignarse con este tipo de hechos, los parlamentarios hablan de nuevas leyes en tercera persona, como si no fueran los responsables de impulsarlas o dar profundidad a las ya existentes.
Como en tantos otros ejemplos donde se vulneran a los más débiles, es la sociedad civil organizada la que marca la diferencia, ejemplo de esto son las 10.000 personas que marcharon este fin de semana pidiendo justicia por “Cholito”. Esta marcha no es solo fruto de la noticia, detrás hay cientos de organizaciones que día a día protegen la vida de miles de animales en nuestro país.
Hoy todos debemos ser “Cholito” o “Chocolate” en Argentina (Perro despellejado por un peluquero porque le molestaban sus ladridos). Todos debemos frenar esta escalada de maltrato animal y de una vez por todas actuar… Pero en serio.
Christian Villegas G.
Presidente Evópoli VI Región.
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