El especialista en calidad del aire de la Universidad de Santiago de Chile, Ernesto Gramsch, indica que las altas temperaturas han generado el escenario propicio para que este tipo de siniestros sean diez veces más destructores, lo que ha provocado que las condiciones atmosféricas empeoren sustancialmente. “Si la tendencia continua el próximo año, habría que pensar en continuar la Gestión de Episodios Críticos en verano, principalmente por el aumento del ozono”, advierte.
Una ola de calor entre Valparaíso y la región del Biobío con eventos extremos de temperatura desde el viernes hasta el domingo pronosticó la Dirección Meteorológica de Chile, entidad que declaró alerta meteorológica por esta situación. En la Región Metropolitana, el valor máximo alcanzaría los 38° y la temperatura sobrepasaría los 30° de manera consecutiva hasta el martes, al menos. Por su parte, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) informó que se mantienen alertas rojas en varias comunas de la zona central. De acuerdo al organismo, el número de siniestros del periodo 2016-2017 aumentó en un 92% en la RM en comparación al periodo 2015-2016, mientras que la superficie afectada aumentó en 1.548%.
De acuerdo al experto en contaminación atmosférica de la Universidad de Santiago de Chile, Ernesto Gramsch, toda esta situación ha provocado un empeoramiento en las condiciones del aire. “Estábamos acostumbrados a que, en verano, las concentraciones de material particulado sean bajas y que el aire esté bastante limpio. Sin embargo, este año y debido principalmente a los incendios, ha aumentado un 50% la concentración de material particulado”, sostiene.
El académico del Departamento de Física del plantel estatal ejemplifica señalando que, entre el 16 de diciembre y el 20 de enero, la estación de monitoreo del Parque O’Higgins registró 25 microgramos por metro cúbico, mientras que en el mismo periodo del año anterior, el índice solo llegaba a 15.
Aunque Gramsch reconoce que no se registraron incendios durante todo ese periodo, indica que “debido a las condiciones de calor, los incendios de este año son mucho más potentes o destructores que los de periodos anteriores. Si se produce un incendio este 2017, será casi diez veces más destructor que lo que ocurría el año pasado”, sostiene.
“Eso indica el problema real”, continúa. “En general, en un día en que hay incendios, la concentración aumenta al menos 3 veces en comparación a lo que sería en un día normal”, señala.
Además, sostiene que se debe atender especialmente al aumento del ozono. “Los incendios forestales generan un aumento en los precursores de ozono, por lo que cuando ocurren estos siniestros, también aumenta mucho este factor, que es un gas bastante nocivo para la salud y que no existe o es mucho más bajo en invierno”, explica.
Por eso, señala que de mantenerse esta tendencia el próximo año, “habría que pensar en continuar la Gestión de Episodios Críticos (GEC), principalmente por este aumento del ozono”, asegura.
“Este es el primer año en que ocurre este efecto tan pronunciado, pero si el otro año se da, habría que hacerlo”, insiste.
“Esto normalmente no se hacía, porque no era tan alta la contaminación en verano, pero como va a aumentar producto de estos incendios, hay que empezar a preocuparse”, agrega.
Finalmente, el experto proyecta que “probablemente, la próxima semana tendremos condiciones regulares y de alerta. Es decir, los mimos niveles que ahora”.
Recomendaciones
“La variación diaria del material particulado es distinta a la del ozono, que aumenta principalmente durante la tarde, por lo que hay que evitar hacer ejercicios al aire libre en estas horas”, advierte el especialista.
“Yo esperaría que el ministerio difunda un poco más el problema, para que la gente tome en consideración esta situación y se preocupe, tal como lo hace en invierno con campañas”, concluye.
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