Rodrigo Ojeda Agurto participará del programa Balloon en México, que contempla un curso intensivo en emprendimiento, para posteriormente transmitir estos conocimientos a pobladores de escasos recursos para impulsar sus propios proyectos.
“Yo nunca digo que no, siempre aprovecho todas las oportunidades porque soy de la idea de que estas cosas se dan una sola vez en la vida y hay que aprovecharlas”, asegura Rodrigo Ojeda Agurto. A sus 26 años, ya suma el paso por la Infantería de Marina y por el Ejército, además de ser voluntario de Bomberos capacitado en rescate en altura y en zonas agrestes. Este año realizará su práctica profesional en el Hospital Regional, para finalizar la carrera de Técnico en Enfermería en Santo Tomás Rancagua.
Pero antes de eso, permanecerá por cinco semanas en México, donde participará del programa Balloon. Se trata de un proyecto que busca fomentar y desarrollar el emprendimiento en comunidades, a través del traspaso de herramientas y metodologías de innovación. Rodrigo obtuvo una beca tras postular junto con representantes de las sedes de Santo Tomás a lo largo del país.
“Siento que no todo es estudiar”
Su experiencia en actividades como voluntariados y escuelas de líderes, además de haber sido escogido Alumno Sello Santo Tomás en el año 2015, fueron algunos de los factores que incidieron en su elección. A esto se suma la presentación de un proyecto que realizó en la asignatura de Liderazgo y Emprendimiento, que propone una alternativa más económica y sustentable para deshacerse de los desechos orgánicos en los centros de salud. “Siempre he sido bien metido en todo, me gusta participar, me gusta hacer cosas, actividades extracurriculares, porque siento que no todo es estudiar”, comenta Rodrigo.
En México, recibirá las herramientas para desarrollar proyectos innovadores, ciclo que culminará compartiendo con familias de escasos recursos que tienen un emprendimiento: “Tenemos que lograr que sus negocios salgan a flote”, explica y agrega: “Es súper reconfortante ayudar, para mí es como una vuelta de mano”.
En esta experiencia compartirá con otros jóvenes de Sudamérica y Europa, y reconoce el orgullo de representar a su ciudad: “Muchos pensamos que Rancagua es el patio trasero de Santiago. A mí me importa mucho que nos mostremos, hay muy buen material”. Asegura que éste es sólo un primer paso y a su regreso de México espera concretar los proyectos de innovación que ya tiene en mente.
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