Un tema resuelto por Adam Smith en “La Riqueza de la Naciones, 1776, acabando con el mercantilismo. Sin embargo, de tanto en tanto la protección trata de emerger. La Protección reapareció a mediados del siglo XIX en Alemania con la teoría de la industria naciente de Friedrick List para justificar la industrialización tardía surgida de la revolución industrial. Las revoluciones nacionalistas y socialistas de Europa la popularizaron tal como ocurrió en las pos guerras mundiales del siglo XX. A fines de los años 40 existían tan solo 16 países desarrollados y 180 entre subdesarrollados, protectorados, territorios y colonias (Hoy son 45 los desarrollados, 28 emergentes y 99 subdesarrollados). Resurgieron teorías como la de Centro y Periferia, de países industrializados explotadores de países productores de materias primas, nacionalismo y socialismo y tuvieron su cuna intelectual en instituciones como la Cepal y Banco Mundial. Estas, de malas ganas, aceptaron una tibia liberación del comercio de tratados como Alalc (Aladi), Mercado Común Centroamericano y un fracasado Mercosur. El libre comercio predicado el GATT, antecesor de la OMC, y el Tratado de Roma entre los europeos eran vistos como propio de países ricos. Nosotros teníamos que producir de todo desde automóviles, aviones, refrigeradores, televisores, whisky, tener líneas aéreas ineficientes, construir barcos, etc. Jamás vinos, frutas, pescado, madera porque sin la industrialización y sustitución de importaciones no seríamos ricos. Fracaso total. Perdimos 70 años de crecimiento precario, un par de generación.
Los acuerdos del GATT y OMC contribuyeron a la expansión del comercio y la globalización reintrodujo el libre comercio como una condición necesaria para el desarrollo. Fuimos pioneros. Hoy tenemos libre comercio con 55 países, el 85 % de nuestras importaciones vienen de ello hay una proporción creciente que están libre de derechos aduaneros. El arancel promedio es menos de 1 % a pesar que el básico (cuando se trata de países con los que no hay tratado) es de 6 %. Impensable en los 50, 60 o 70 cuando eran de 50 %, 100 % e infinitos porcientos (listas de importaciones prohibidas de importar). La inutilidad de los aranceles nos llevó muchas veces a tasas de protección efectiva negativas. La Economía Internacional explica que el libre comercio es superior al comercio restrictivo. Los países gozan de mayor bienestar bajo el libre comercio que bajo autarquía total o parcial. Las evidencias empíricas lo han comprobado. Es por ello que llama la atención que Trump quiera terminar con el libre comercio con México y poner barreras a China, hasta el momento. México ha reaccionado como herido y airado. Políticamente agredido, pero las recientes estadísticas comienzan a revelar que el “león no es tan fiero como lo pintan”.
En primer lugar, ambos han construido muros. Bill Clinton lo inició en 1995 y el parlamento de USA lo continuó en 2005, llegando a la actualidad a 1.150 km a los que Trump quiere agregar 2.000 más. México, por su parte construyó otro muro para impedir la inmigración ilegal desde Nicaragua con aplausos sus propios presidentes. Los muros son antiguos. La muralla China, La ciudades amuralladas de la antigüedad, el Muro de Adriano del siglo II en Inglaterra contra los escoceses. En Las últimas décadas las Coreas 1953, Sudáfrica/Zimawe 1975, India/Pakistán 1980, Marruecos/Sahara Occidental 1987, Berlín 1989, Belfast, Ceuta/Melilla 1990, Irak/Kuwait 1990, Irak/Arabia Saudita 1990, Yemen/Arabia Saudita, Afganistán/Tajikistán, Chipre (grecos y turcos), Israel/Cisjordania 2002, recientemente Hungría y Tajikistán y Eslovenia contra los inmigrantes. Todos gravosos para el bienestar-
¿Por qué? Fronteras para defenderse de agresiones de tercero ambiciosos, monopolistas locales que no quien competencia, en contra de las inmigraciones para que no aumente la oferta laboral y bajen los salarios, en particular, porque los inmigrantes aceptan cualquier trato laboral. Con todo, una gran mayoría de países, entre ellos el nuestros, surgieron con grandes corriente de inmigrantes. Trump esgrime dos argumentos, los mismos de Bill Clinton: exceso de oferta laboral, impulsando una baja de salarios y los movimientos de capital atraídos por beneficios discriminatorios ofrecidos por otros países, en este caso México. Respecto del primero, no es nuevo ¿Se acuerdan de los inmigrantes mexicanos clandestinos, los Wetback de los años 40?
El segundo, ventajas artificiales como las tributarias determinan retornos al capital superiores a las que se obtienen en Estados Unidos. Muchas veces las utilidades ni siquiera se remesan al país de origen sino que a los 25 paraísos fiscales existente, entre ellos el propio Estados Unidos (FMI, Banco Mundial).
Con todo, las evidencias indican que estos beneficios como también las barreras que se intentan imponer no son significativas. Es más un tema político que económico ¿Quién pagará el Muro? Ambos. México, porque al sufrir restricciones a sus exportaciones y una disminución en la inversión extranjera podría afectar negativamente su crecimiento. Estados Unidos, porque el 20 % a las importaciones mexicanas sería un despilfarro para construir un muro improductivo, por lo tanto su tasa de crecimiento también caería. ¿Qué pasará con los inmigrantes ilegales? Algo se reducirá pero surgirán los balseros desde las playas mexicanas a las de Texas (menos de un tercio de la distancia entre Cuba y Florida.
El Nafta no ha sido una bala de plata. Según el Wall Street Journal, los números hasta la fecha indican lo siguiente:
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El déficit comercial con México no llega al 10% del total en USA.
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El Nafta tuvo un mínimo impacto tanto en el crecimiento económico de México como el empleo en Usa (Detroit no es USA). El crecimiento económico de México antes del Nafta era de 4,2 % anual y cayó al 2,6 % después del Nafta. Para 2017 caería de 1,7 % a 1.5 %. Los estados mexicanos favorecidos por las inversiones norteamericanas experimentaron un crecimiento económico anual de 1 punto más que el resto del país desde 2004.
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De igual modo los salarios han aumentado menos que lo que se esperaba del Nafta. Desde el 2.000 al 2016 crecieron en un 1.0 % anual
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En caso que USA se retire del Nafta, tendría que negociar de acuerdo a las normas de la OMC y los aranceles no podrían superar el 5 %. No serían suficientes para financiar el muro de 2.000 km. En cambio las exportaciones de USA a México caerían porque la OMC permite a México un cierto grado de protección.
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En cuanto a las inversiones el panorama es más complicado porque el Nafta estableció regulaciones punitivas o confiscatorias
Queda mucho que estudiar aun sobre los efectos, pero aunque sean marginales como los indican los índices hasta ahora, no hay nada que pueda superar al libre comercio.
Javier Fuenzalida Asmussen
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