Este año habrá varias instancias de medición en nuestro país, desde cuantos militantes tiene cada partido político, pasando a cuantos somos de acuerdo al Censo; para terminar en noviembre próximo con las elecciones parlamentarias y presidenciales y su nivel de votación o abstención. Estas mediciones nos ayudaran a leer el Chile que somos hoy.
Las cuentas no siempre son alegres, sobre todo aquellas que nos hacen ver lo que realmente no queremos ver: la realidad. En estos días los partidos políticos han redoblado sus esfuerzos para reclutar a nuevos militantes, ya que el re-fichaje de sus camaradas ha resultado muy costoso y doloroso porque les ha mostrado la crítica interna. También se realizará el Censo Nacional, el cual no solo nos mostrará cuantos somos, sino también: cómo vivimos, en qué creemos y también a qué nivel socioeconómico pertenecemos. Y para terminar a fin de año se realizarán en nuestro país las elecciones parlamentarias y presidenciales. El nivel de participación será reflejo de qué tanta sintonía tiene nuestra clase política con los ciudadanos y sus reales necesidades.
La recopilación de estas cifras será de alto costo para las arcas fiscales, pero nos entregarán antecedentes valiosos y transcendentales para la construcción de políticas sociales y de cambio de actitudes, que no solo nos ayuden a tener un mejor nivel de vida socio económico, sino también de convivencia y participación.
El único camino para lograr el desarrollo válido, autentico y perdurable en el tiempo pasa necesariamente por saber leer el resultado de esas consultas populares y que en base a éstas, las autoridades independientemente del color que sean, por Chile puedan sentarse en torno a una mesa y lean el Chile que somos; sin mezquindades ni cálculos miopes, para construir todos el futuro de nuestro país.
Los chilenos estamos ávidos de gestos de unidad de nuestra clase política y más si estas señales nos llevan a pensar en los chilenos y no en que coalición se vestirá con los proyectos que nos encaminen al desarrollo. El diálogo, la participación y buena convivencia, darán como resultado buenos proyectos y dignificarán a la clase política.
Este año nuestro país renovará sus autoridades y como en toda elección, quedarán heridos en el conteo de las urnas de ambos, tanto de triunfadores como de derrotados se requerirá generosidad; de los primeros, para que en base a las cifras puedan proponer políticas viables socialmente y económicamente hablando, y tengan la capacidad y la empatía de invitar a sumarse a sus ex contendores a la construcción del Chile que queremos. Lo anterior no excluye a la oposición de hacer una crítica constructiva pensando en el bien de nuestro país y no de cómo coartar los proyectos de la coalición gobernante solo porque vienen de ella.
Esperemos que como buenos chilenos podamos leer todas las cifras que nos darán estos tres eventos nacionales y tengamos la altura para ser verdaderos protagonistas de la historia de nuestro país.
Mauricio Donoso Arellano
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