La campaña de vacunación ya dio su puntapié inicial y, sin duda, que el gran desafío de este año será mejorar la tasa de vacunación en el grupo de mayores de 65 años que el 2016 fue más reacio a inocularse.
Miedo a resfriarse o problemas en los traslados a los centros asistenciales para recibir la inmunización contra la influenza pueden que hayan sido algunos de los factores que incidieron en que muchas personas mayores decidieran no vacunarse. Debemos recordar que los adultos mayores constituyen, junto a embarazadas, niños hasta 5 años y enfermos crónicos, unos de los grupos vulnerables en materia de salud pública que puede presentar complicaciones severas si adquiere esta enfermedad, como neumonías o empeorar problemas de salud ya existentes. La inoculación oportuna permite evitar hospitalizaciones y muertes tempranas, que impactan tanto a las familias como a los sistemas de salud público y privado. De hecho, las cifras indican que se habrían evitado 684 hospitalizaciones en 2013 y 544 en 2014 gracias al impacto de la vacuna de la influenza.
Así este año se aplicarán las vacunas “Influvac” y “Vaxigrip”, las cuales cumplen con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las cepas de la influenza para el hemisferio sur.
La campaña de vacunación contra la influenza comenzó el 14 de marzo y se extenderá por dos meses, pudiendo acceder a la inoculación de manera gratuita todos los grupos objetivo, y donde los adultos mayores son especialmente relevantes.
Pensemos que en los últimos 30 años, la población de nuestro país ha experimentado un proceso de envejecimiento demográfico acelerado y sin precedentes históricos. Hasta 1970, las personas mayores de 60 años representaba un 8% de la población de Chile, en el Censo de 2002 aumentaron a un 11,4% de la población y en los próximos 20 años se estima una tasa de crecimiento de 3,7% anual para este grupo etáreo, por lo que se proyecta para el año 2025, una población de 3.825.000 adultos mayores, representando el 20% de la población del país.
Contar con políticas de salud pública para este segmento de la población es fundamental, en este nuevo escenario demográfico. Así, entonces, la campaña de vacunación cobra especial importancia, porque el objetivo para la población adulta mayor no es solo “pasar el invierno”, sino que generar las mejores condiciones de salud con medidas de prevención adecuada y oportuna, como es vacunarse a tiempo.
Dra. Nelly Baeza
Facultad de Salud, Universidad Central
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