Las elecciones Primarias, en muchos aspectos, son una gran oportunidad para los partidos políticos. Es un mecanismo que busca enriquecer la democracia y fomentar la participación ciudadana. Debería ser la plataforma para que aquellos que piensan parecido, pero no son iguales, converjan en grandes programas de gobierno buscando un objetivo en común. Cada partido político debería tener un representante de sus ideas e independiente del resultado final, pueda mostrar su más férrea convicción de cómo y hacia donde deben apuntar las políticas públicas del país. Lo cierto es que la realidad hoy en día dista mucho de eso.
El escenario actual solo muestra que los partidos tradicionales están apostando al caballo ganador. Es curioso que ninguno de los denominados “Grandes” tengan un pre-candidato presidencial que sea militante del partido, se nieguen a hacer consultas ciudadanas para que sus adherentes elijan la mejor opción y terminan definiendo en cuatro paredes un candidato que independiente si representa o no su ideario, pueda asegurar un logro electoral para mantener sus históricos cueteos en el sobrecargado aparato del Estado.
Párrafo aparte para la “Nueva Izquierda” que busca en el Jet Set Intelectual su mejor opción, apelando a la imagen “lana” y a su eterno discurso populista que cada vez cautiva a menos personas, no sólo por lo añejo, sino más bien por la falta de realismo en las propuestas.
Es importante entender que entre más participación exista de la ciudadanía en la elección de los candidatos, más se fortalece la democracia.
En momentos que la clase política se encuentra en terapia intensiva y con pronóstico reservado, no nos podemos dar el lujo de encerrarnos de espaldas a la gente y que unos pocos decidan por todo un país. Este 2 de Julio, es el momento de elegir, quizás su voto tenga mayor importancia en esta elección que en cualquier otra, es por eso que independiente de su opción, infórmese, piense, participe y elija…Chile lo necesita.
