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Femicidio N° 14

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Femicidio Nº14: Gladys Adriana González Osorio 16 de abril, Gladys González Osorio de 39 años fue asesinada por su cónyuge en el hogar que ambos compartían en Tomé, Región de Bio Bío. Gladys no tenía hijos. Tras el crimen, el femicida se entregó voluntariamente a Carabineros y confesó su autoría.

 

Este es el duro dato que aparece en la página del SERNAM, la realidad indica que a la fecha en Chile se registran 15 femicidios consumados y  25 femicidios frustrados durante 2017. El último caso se registró en la ciudad de Rancagua, el segundo en menos de un mes en la capital regional.

 

Todas muertes cargadas de odios y en manos de quien alguna vez le juro amor eterno. Estas víctimas, en su gran mayoría, temerosas de lo que podría suceder denunciaron  a sus agresores y contaban con órdenes de alejamiento. Pero a todas luces esto fue suficiente.

 

Podremos discutir latamente sobre la sanción penal para los femicidas pero la acción de la justicia ex post no sirve para evitar que sigamos lamentando uno tras otro los femicidios habitualmente son cubiertos, a veces con morbo, por los noticiarios de nuestro país… el problema es  social y como abordamos desde temprana edad la prevención de algo tan doloroso y casi común en nuestra sociedad.

 

Es momento de preguntarse qué hacer, por ejemplo, los establecimientos educativos en este sentido deben contribuir y entregar herramientas para controlar la violencia en el pololeo y si existen formas efectivas de detectar los distintos tipos de violencia que se pueden generar en una relación. Generalmente, previa a la violencia física existe una violencia psicológica fuerte y es ahí donde deben actuar el entorno para frenar una escalada que, como vemos, puede terminar de la peor manera. Debemos atacar el problema de raíz, rompiendo los círculos de violencia familiar, fomentando la equidad de género en todas las áreas de nuestra sociedad, dar ayuda real a víctimas de este flagelo, hacer seguimiento a esos niños que han crecido en ambientes donde esta conducta es natural y sobre todas las cosas dejar de lado toda actitud machista que cada uno de nosotros realiza consciente o inconscientemente.

 

Nuevamente debemos visibilizar a aquellos que la sociedad ha dejado de lado, debemos legislar de forma seria para que aquellos que estén solos, puedan encontrar en la Sociedad Civil y el Estado la herramientas para poder avanzar en sus vidas, sin mochilas familiares, dando oportunidades sostenibles en el tiempo que contribuyan a crear una sociedad protectora de nuestras mujeres, y así evitar que sigan sucediendo hechos de violencia y muerte que afectan a las mujeres.

 

Basta de violencia, los más vulnerables no pueden esperar más, niños, ancianos, mujeres… Primero en la fila…Ahora.

 

Wladimir Román Miquel

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