Junto con valorar el trabajo conjunto entre personeros de los gobiernos de Bachlet y Macri, el especialista en mercados eléctricos y profesor de la U. de Santiago de Chile, Mauricio Olivares, estima que el país podría convertirse en un importante exportador de energía durante los próximos años.
“Actualmente, Chile se está proyectando para que, en un par de años más, pueda ser exportador de energía, debido a que tenemos un alto potencial”, remarca.
El ministro de Energía, Andrés Rebolledo, viajó hace algunos días a Argentina para reunirse con su par trasandino, Juan José Aranguren, para formalizar acuerdos de colaboración bilateral en materia de energía. Si bien uno de los aspectos relevantes del encuentro fue normar los envíos de gas desde Chile –se despacharán 276 millones de metros cúbicos de gas entre junio y agosto de este año- también se buscó establecer las bases de un protocolo que asegure futuros intercambios de energía de manera periódica.
El ingeniero civil Mauricio Olivares, especialista en mercados eléctricos y académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago de Chile, valoró las reuniones de trabajo sostenidas entre personeros de ambos países y afirmó que los acuerdos podrían marcar un precedente a nivel regional. Esto, debido a que “se están sentando las bases para que puedan generarse interconexiones futuras con Perú y Bolivia, a fin de construir matrices eléctricas y de gas a nivel regional”, señaló.
El académico agregó que las tratativas con Argentina son coherentes con los objetivos de la nueva Ley de Transmisión Eléctrica, de julio de 2016, que por primera vez en la historia de Chile, considera la existencia de líneas de transmisión entre países. Es así como uno de los desafíos del atual Gobierno es implementar una política de Estado de largo plazo para el sector. “Actualmente, Chile se está proyectando para que, en un par de años más, pueda ser exportador de energía, debido a que tenemos un alto potencial”, advierte.
¿Se repite la historia?
Uno de los puntos clave en estas tratativas será normar los envíos de gas, a casi una década de que el Estado trasandino cortara el suministro hacia nuestro país, decisión que provocó una crisis energética considerable.
Sin embargo, Olivares indica que no hay riesgo de que la situación de 2008 se repita. “Ya no dependemos solamente de un proveedor, sino de muchos, y esto implica un respaldo significativo frente a los eventuales riesgos”, afirma.
Es en esta línea que el país está preparado para importar gas natural licuado (GNL) de cualquier parte del mundo a los puertos de Mejillones y Quinteros. “El gas remanente incluso podemos enviarlo a Argentina”, sostiene. Asimismo, en el futuro nuestro país también recibiría suministro desde Argentina a través de Concepción y Magallanes. De este modo se aprovechará la infraestructura portuaria instalada en el país. “Mientras en la zona central y norte tenemos puertos idóneos para recibir GNL, Argentina puede abastecer al sur”, puntualiza.
Por último, el experto de la U. de Santiago destaca los beneficios que puede traer esta modalidad de traslado para las arcas fiscales, especialmente, en el caso de la región del extremo sur de nuestro país. “Es una zona aislada, con gran demanda de gas y, por eso, la importación desde Argentina permitiría bajar los costos y aliviaría el gasto ya que, actualmente, el suministro está siendo subsidiado por ENAP”, afirma.
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