El descontento por nuevos rellenos sanitarios se ha hecho notar en la comunidad. Los expertos en la materia plantean que el foco debiera estar puesto en reciclar para convertirnos en un país “residuo cero”, en vez de crear más sitios que pueden generar un perjuicio a las personas y el medioambiente.
El descontento ciudadano por la aprobación del relleno en Til Til ha sido evidente. La gran cantidad de estructuras similares que el Plan Regulador Metropolitano ha autorizado en la zona no es menor, entre ellos dos vertederos, una planta de cerdos, industrias y dos relaves mineros, generando daños al medioambiente y a la salud de los vecinos. Desde el Municipio informan que las enfermedades respiratorias son la tercera causa de muerte más recurrente en la comuna, aún más que el porcentaje promedio de todo el país.
Los alegatos no son menores ya que el llamado proyecto Ciclo de Til Til tendrá una vida útil de 30 años, con una superficie de 43 hectáreas, la más grande de la Región Metropolitana, y con capacidad para recibir tres millones de metros cúbicos de residuos industriales provenientes de todas partes del país, los que podrían ser tóxicos, peligrosos o incluso explosivos.
Pero ¿cómo funcionan los rellenos? éstos se componen por una membrana inferior que protege el terreno, acompañada por sistemas de recolección de líquidos lixiviados y gases -generados por la descomposición en su interior- y ocasionalmente, por una capa de protección superior que procura frenar la entrada de agua lluvia.
Desde la Asociación Gremial de Riego y Drenaje, entidad que junto a sus asociados promueven la calidad de la industria del riego en Chile, contribuyendo el uso eficiente de los recursos hídricos y protección del medioambiente, su presidente Felipe Martin comenta que “en estos basurales de cielo abierto siempre existirá contaminación ya sea del suelo, aire, agua y desvalorización de terrenos. Por lo mismo, si no se toman las debidas precauciones, las sustancias químicas o lixiviados presentes en la basura pueden romper las protecciones y ser altamente contaminantes al alcanzar cursos de agua superficiales, subterráneos o acuíferos”.
AGRYD advierte que las tendencias internacionales apuntan a que los rellenos sanitarios deben ser abandonados progresivamente junto con adoptar agresivas medidas de reducción, reutilización, compostaje y reciclaje para los residuos sólidos urbanos, donde cuanto mejor separados estén los residuos, más se reduce su peligro.
José Miguel Morán, gerente general de la entidad gremial, ahonda que “en la mayoría de los países, sobre todo en aquellos con más conciencia ambiental, se exige que los vertederos y basureros estén equipados para recoger, almacenar y tratar los lixiviados, por ejemplo con capas impermeables realizadas con plástico duro y no corrosivo. Asimismo, los tubos de drenaje y sistemas de filtración de escorrentía son otra opción, aunque más cara”.
Soluciones modernas para Chile
Mientras el alcalde de Til Til, Nelson Orellana, busca la demolición del relleno, algunos diputados por la zona solicitan a la Seremi que se modifiquen los usos de suelo, para que el Plan Regulador Metropolitano no siga aceptando el desarrollo de este tipo estructuras en su comuna.
José Miguel Carrasco, gerente técnico de Evoque Energy y socio de AGRYD, pone una cuota de tranquilidad y asegura que en el caso del nuevo relleno de la comuna de Til Til “el tratamiento para residuos peligrosos existe, y con tecnologías tremendamente eficientes que minimizan al máximo los impactos, como lo es la recuperación de metales pesados”. Agrega que “el tema es que en Chile durante mucho tiempo se ha hecho mal, por ello la gente con justa razón los asocia a impactos fuertes y descontrolados”.
Pese a ello, incluye que los rellenos sanitarios “ya están obsoletos, en Europa están prohibidos desde el año 2014 y la tendencia mundial es apuntar a plantas de gestión integral, que recuperan los residuos, reviven los materiales y para lo cual necesitamos medidas que tiendan a minimizar la disposición”.
Asimismo apunta a que “como sociedad aún creemos que los residuos hay que enterrarlos, dejando una tumba y daño ambiental, existiendo muchos mitos, donde se tiende a creer que reciclar y reutilizar es caro y poco rentable (…) pero actualmente es todo lo contrario, donde no hacerlo es equivalente a botar el dinero a la basura”.
Finalmente, Carrasco es tajante en agregar que todos tenemos una responsabilidad y que este cambio se basa netamente en la disposición de las personas, “ya que las tecnologías necesarias para minimizar eficientemente los efectos de cualquier actividad humana, ya existen, sólo es un tema de voluntad para implementarlas. Y si alguna no existe, con los avances de hoy en día, fácilmente se crea”.
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