Ante la ola de despidos masivos que se han suscitado en el sector público de nuestra región y el país, como Revolución Democrática Región O´Higgins opinamos lo siguiente:
1.- Solidarizamos profundamente con aquellas y aquellos funcionarios que han sido cesado de sus funciones, entendemos lo que conlleva enfrentar la incertidumbre de dejar de percibir un salario en un periodo del año sensible para las personas por lo que conlleva las fiestas de fin de año, donde adicionalmente el panorama macroeconómico nacional no entrega cifras muy halagüeñas y en el contexto de un mercado laboral que sea tornado cada vez más sinuoso e inhóspito para quienes necesitamos y dependemos de un renta mensual para nuestra subsistencia y la de nuestras familias.
2.- Esta ola de despidos altamente documentada por órganos gremiales y prensa escrita deja en evidencia dos síntomas de la voluntad del Estado cada vez más cercanos a las recetas de administración neoclásicas implementadas por la Concertación y los gobiernos de Piñera. El primer síntoma tiene que ver con la naturaleza del vínculo laboral de quienes han sido cesados de funciones por el Estado, donde la relación que prima son las modalidades a honorarios y a contrata, formas de pauperización laboral donde quienes suscriben a dichas modalidades se encuentran sometidos a jefaturas, horarios y metas formales e institucionales, pero que no obstante el Estado, como empleador, no los reconoce como tales, lo que por consecuencia los deja ajeno de grados mínimos de protección laboral.
3.-En segundo lugar, y de un carácter más estructural respecto a cómo los partidos políticos entienden su relación con el Estado, la ola de despidos masivos en el sector público deja en evidencia lo que significa ganar un espacio en disputa donde lo que se rivaliza es la definición de las verdades oficiales y el uso y usufructo de los bienes públicos que provee el Estado (para este caso todo el aparato estatal y sus posibilidades). La noción de que él Estado es un “botín de guerra” donde quien gana las elecciones cada cuatro años dispone a destajo de su beneficios, no solo perjudica el funcionamiento de éste, sino que también añade una carga de incertidumbre a quienes ya, dado las modalidades de contrato a las que están sujetos, se encuentran en una posición de inseguridad constante.
4.- Es urgente a corto y mediano plazo legislar sobre las situaciónes de los empleados públicos, el Estado no puede seguir siendo vanguardia en lo que respecta a la degradación del trabajo, pero por lo pronto solo nos queda adherir a las movilizaciones de los empleados públicos y ayudar a empujar su demanda.
