Estudiantes de Técnico en Educación Especial que realizan su práctica en el establecimiento, montaron una obra de títeres para llegar de mejor manera a los alumnos que atiende esta escuela especial.
Carlitos, Valeria, Juanito, Ignacio y Nicolás se juntaron con la tía Alejandra porque necesitaban decidir si hacer un taller de básquetbol o uno de yoga para su curso. Finalmente, solucionaron este dilema con la opción más democrática: una votación popular.
Estos personajes de trapo – interpretados por estudiantes de Técnico en Educación Especial de Santo Tomás – recrearon así un proceso eleccionario, junto con los alumnos de la Escuela Especial Ricardo Olea. Contando con las urnas y la cámara secreta, ellos pudieron votar y también conocer conceptos como Estado, democracia o derecho a voto.
Esto se enmarca dentro de un programa del Servicio Electoral (Servel) para difundir la educación cívica en los colegios: “El apoyo de Santo Tomás fue vital para conocer las técnicas que dominan para llegar a los jóvenes con discapacidad. Uno queda sorprendido con la valoración de la actividad porque es importante que sepan que tienen un derecho y que lo ejerzan. Si lo necesitan, pueden ir con una persona de confianza para que los ayude a sufragar”, señaló Rodrigo Díaz, Director Regional del Servicio Electoral en la Región de O’Higgins.
Para la preparación de esta actividad, ambas entidades trabajaron en el guión. Como explica la Directora del Área de Educación de Santo Tomás, sus estudiantes de Técnico en Educación Especial están haciendo su práctica curricular en el Colegio Ricardo Olea: “Por eso, pudimos intervenir pedagógicamente en esta iniciativa, considerando además nuestro público objetivo, que disfrutó y comprendió el objetivo final de la propuesta, independiente de las diversas discapacidades que atiende este centro educativo”.
Finalmente, en esta elección simulada se realizó el conteo de los votos, que fue seguido atentamente por los alumnos que en su mayoría optaron por el básquetbol. Celebraron esta decisión con algunos cantos y juegos, junto a sus “compañeros” títeres, que incluso tenían su cédula de identidad para ejercer el derecho a voto.
