Por David Pérez Arce
Cuando los proyectos de regiones se van postergando a través de los años, es el centralismo el que frena el progreso del país.
La conexión terrestre de Chile con Argentina, a través del Paso Libertadores, durante 14 días no pudo cumplir su misión y eran 1.200 los camiones que esperaban en ambos lado de la cordillera que esperaban transportar su cargo hacia el destino.
En lo que va del año han sido 38 los días, la suspensión más grande de nueve días entre el 5 y 14 de agosto el 2014, no obstante la nevazón mayor se registro en 1980.
Si han pasado tantos años a que se debe que el MOP no haya sacado adelante otra alternativa, cuando el comercio ha ido creciendo y la necesidad de contar con otras vías de “comunicación vial es una urgente necesidad”.
En la Región de O’Higgins el “proyecto del paso internacional Las Leñas” duerme el sueño de los justos, pese a que todos los estudios se han realizado, debiendo construir un túnel (de baja altura 2.100 Metros) que permitiría tener una vía de comunicación los 365 días del año, creando un polo de desarrollo, que estaría uniendo los puertos de Argentina y San Antonio, en Chile, para alcanzar un desarrollo comercial desde el Pacifico hacia Europa y Asia.
Mientras no se ponga en marcha la regionalización en nuestro país, muchas de las iniciativas que parten de las regiones el mayor dique que deben saltar es del centralismo, ese que no permite que los poderes ejecutivo y legislativo miren hacia las regiones.
