Hace sólo unos días, la Cámara de Representantes de Colombia aprobó una ley que prohíbe practicar cirugías plásticas a menores de edad, a excepción de las que son consideradas como reconstructivas o que tengan relación con el desarrollo de la personalidad.
Este proyecto, que estaría próximo a convertirse en Ley, da cuenta del alto nivel de manda por parte de pacientes cada vez de menor edad, quienes buscan cambiar su apariencia física, ya sea en respuesta a inseguridades y complejos o a las presiones sociales que tienen muchos adolescentes para mejorar su apariencia y autoestima.
Este fenómeno, que se da a nivel internacional, responde a que vivimos inmersos en una sociedad que muchas veces se valora más el aspecto físico que otras cualidades propias del ser humano y donde las redes sociales han contribuido notoriamente a esta competitividad física y la obsesión por ser aceptados.
Si bien esta realidad está empezando a aumentar en nuestro país, aún no se podría hablar de una masificación de procedimientos plásticos entre los jóvenes. Claramente hay un aumento sostenido en cuanto a las consultas de menores entre los 13 y 17 años, pero en general con fines reconstructivos más que estéticos.
El dilema para padres y cirujanos plásticos es cuándo decir SI y cuándo decir NO, ya que la decisión viene dada por varias consideraciones, desde las relacionadas a la madurez mental y anatómica del paciente, como las del derecho de autodeterminación del adolescente, hasta las de prevenir posibles secuelas físicas y psicológicas.
Acciones como las adoptadas en Colombia dan cuenta de que los jóvenes deben estar bien asesorados antes de llegar al quirófano, tanto por sus cercanos como por un profesional, para que la decisión no responda sólo a un capricho y que el resultado final sea el esperado.
Doctor Roberto Prado
Cirujano Plástico
