Jóvenes de las sedes Rancagua y Curicó participaron en la iniciativa solidaria que busca mejorar viviendas de familias vulnerables. Desde la emoción, el aprendizaje y el compañerismo, los jóvenes tomasinos compartieron lo que fue una semana inolvidable en Licantén.
Con una mochila llena de herramientas, entusiasmo y solidaridad, estudiantes del IP-CFT Santo Tomás de las sedes Rancagua y Curicó llegaron hasta la comuna de Licantén en la Región del Maule para participar en los Trabajos Voluntarios de Invierno 2025, una iniciativa institucional que busca fortalecer el compromiso social y aportar concretamente a la calidad de vida de personas en situación de vulnerabilidad.
Romina Fernanda Valencia Peralta, estudiante nueva de la carrera Técnico en Odontología, mención Higienista Dental en Santo Tomás Rancagua, se sumó por primera vez a esta experiencia: “Me inscribí motivada por querer superarme como persona, ver realidades distintas a las que uno tiene día a día, conocer más personas, sociabilizar y conocer Licantén. Sacamos adelante el proyecto con apoyo de nuestros compañeros. Es muy emotivo el trabajo voluntario, porque te enseña a ser más humano, a valorar lo que uno tiene en casa. Lo recomendaría a mil, conocí muchas personas y lo repetiré en el verano, si Dios quiere”.
Durante una semana, los jóvenes voluntarios trabajaron en el mejoramiento de viviendas, reforzamiento de estructuras, aislación térmica y acondicionamiento de espacios. Más allá del martillo y el clavo, cada tarea fue una oportunidad para compartir, crecer como personas y generar lazos con la comunidad.
Para Javiera Belén Riveros González, estudiante de Servicio Social, ésta fue su tercera vez participando en voluntariados tomasinos: “Me inscribí por el interés de ayudar y para conocerme a mí misma como persona. Se viven experiencias muy bonitas, fue algo muy grato y enriquecedor. Una de las cosas más lindas fue haber conectado con tantas personas que no conocía, como también con la familia a la que ayudamos. Lo repetiría todas las veces que pudiera, es algo que ayuda mucho al corazón y al alma. Lo recomendaría a cualquier estudiante, de cualquier carrera, porque a todos nos marca de una forma distinta”.
Los trabajos voluntarios comenzaron en uno de los días más fríos de lo que va de este invierno. Con neblina y muy bajas temperaturas, desde la carrera de Contabilidad General, Dominic Vidal Soto también quiso aportar: “Me motivó principalmente ayudar a la comunidad. Sentir el corazón llenito al saber que después de un largo tiempo hay familias que al fin van a poder dormir en un ambiente más cálido, gracias a lo que hicimos. Destaco el vínculo que se genera, no solo con los compañeros de cuadrilla, sino también con toda la comunidad que se forma estando allá. Es algo completamente enriquecedor, y claro que lo recomiendo”.
Los Trabajos Voluntarios no sólo mejoran viviendas, también transforman vidas. De esta manera, Santo Tomás reafirma su compromiso con la formación de profesionales íntegros y con sentido social, que entienden que ayudar al prójimo es también una forma de aprender.
