El actual contexto educativo es muy complejo. No solo por la urgente necesidad de dejar atrás un modelo educativo al servicio del mercado, si no, por las consecuencias que la postpandemia, que no ha permitido avanzar en la configuración de un nuevo paradigma educativo en Chile.
Inmersos en pleno siglo XXI, es de suma importancia aprender y desaprender, el actual contexto nos insta a dicha acción. Nos enfrentamos a situaciones que deben ser superadas, producto del modelo como la estandarización, segregación y diferencias en las oportunidades en la vida.
Se puede destacar que la orientación educacional es un proceso continuo, presente en cada instancia educativa, lo que lleva a entender ésta, desde una mirada sistémica, donde todas y todos los que componen el sistema educativo, cumplen una labor orientadora.
Se pensaban que la orientación educacional estaba en directa desaparición, pero el año 2021, se crea una nueva normativa, la Resolución Exenta 2076 que actualiza y genera las nuevas orientaciones para promover el desarrollo de la orientación educacional en el sistema escolar. Dejando atrás, los lineamientos de la circular 600 del año 1991.
Quisiera destacar, que este año 2023 por primera vez, se considera celebrar o conmemorar el día de la orientadora y orientador, el día 24 de noviembre. Reconocimiento a la labor de orientadoras/es educacionales, que día a día deben potenciar principios y valores que el mercado, no promueve.
Resignificar la labor orientadora es un desafío fundamental, para posicionar esta área en el lugar que le corresponde, como dicen desde FENORED (Federación Nacional de Orientadores Educacionales) “Sin orientación, no hay educación”.
Ampliar la mirada del hacer orientador en las instituciones educacionales, considerando a las y los orientadores en materias de gestión y liderazgo pedagógico.
Por otro lado, reconfigurar el rol del orientador educacional, en base a los cambios que se producen diariamente, es imperioso, de esta manera no volver a invisibilizar la tarea orientadora en el sistema educativo.
Reconocer la asignatura de orientación, como un área específica del currículo escolar, necesaria de ser abordada por los profesores jefes, de manera rigurosa y pedagógica, también requieren de una oportuna intervención, para mejorar su objetivo a alcanzar, que es mejorar los aprendizajes y un mejor pasar emocional de las y los estudiantes.
Establecer roles y funciones claros, permite potenciar una contribución real al fortalecimiento del sentido formativo que establece la LGE al proceso educativo integral.
Además, es fundamental, dejar atrás la idea de una educación de mercado, para pasar a un nuevo de paradigma educativo centrado en las personas y en una educación, entendida como un derecho social.
Finalmente, destacar la importancia de la organización de las y los orientadores/as, pues solo de esta manera, se puede concretar la implementación de manera adecuada y correcta la Rex. 2076 en los establecimientos de Chile, donde un papel importante debe jugar las y los orientadores educacionales, en exigir que se cumpla la normativa.
Miguel Ángel Sepúlveda Rebolledo
Profesor-orientador