Con la llegada del verano y el incremento de visitas a piscinas, playas y zonas costeras, el SAMU O’Higgins intensifica el llamado al autocuidado y a la supervisión constante de niños, niñas y adolescentes. Un reciente rescate asistido por videollamada demuestra cómo una respuesta rápida y coordinada puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
La época estival en la región de O’Higgins convoca a miles de familias a disfrutar de jornadas de descanso en distintos balnearios. Pero este aumento en la actividad recreativa también eleva el riesgo de accidentes por inmersión, especialmente en menores, lo que hace indispensable mantener medidas preventivas para evitar emergencias graves.
Uno de los casos más destacados ocurrió en el sector del Lago Rapel, donde una niña de dos años fue hallada al fondo de una piscina. Según relata el enfermero coordinador del Centro Regulador SAMU, Maximiliano Pizarro, la decisión inmediata de activar la videoasistencia permitió guiar maniobras de reanimación mientras las ambulancias se dirigían al lugar.
“Al lograr el contacto, confirmamos que la paciente estaba en gasping, o respiración agónica. Orientamos el inicio de la reanimación básica, corrigiendo en tiempo real la postura de las manos y la calidad de las compresiones”, explica.
La videollamada se mantuvo tanto con la familia de la pequeña Ema como con el equipo de la posta El Manzano, hasta lograr la recuperación de la circulación espontánea. Esto permitió su traslado seguro en una unidad avanzada hacia el Hospital de Peumo.
Paulina Quezada, madre de Ema, recuerda con emoción el momento vivido y el rol del equipo de salud: “Nos queda la gratitud del compromiso del equipo médico que hizo todo por salvarla. La astucia de decir ‘hagamos una videollamada’ marcó la diferencia. Sentimos gratitud absoluta, eterna y para siempre”, afirma.
Medidas preventivas para evitar ahogamiento por inmersión
Desde la dirección del SAMU O’Higgins, su líder Osvaldo Pontigo insiste en que la prevención es clave durante toda la temporada. Señala que quienes concurren a balnearios o tienen piscinas en sus hogares deben mantener cierres perimetrales de al menos un metro de altura y superficies no escalables, especialmente en zonas rurales o cercanas a cuerpos de agua.
Asimismo, recalca la importancia de evitar el consumo de alcohol o drogas antes de ingresar al agua. “Es altamente peligroso adentrarse en aguas abiertas o piscinas bajo los efectos del alcohol, ya que se pierden reflejos, se altera la percepción y aumentan las posibilidades de sufrir un accidente potencialmente mortal”, advierte.
Otro aspecto relevante es el uso seguro de embarcaciones en lagos y lagunas. Si bien la fiscalización está a cargo de la Gobernación Marítima, Pontigo enfatiza que los propios usuarios deben exigir chalecos salvavidas y cumplir con todas las normas de seguridad. “Es fundamental que las personas estén informadas y respeten la normativa. Lamentablemente, es frecuente que debamos concurrir a reanimaciones por asfixia o inmersión en la región”, subraya.
El SAMU O’Higgins hace un llamado a disfrutar de este verano con responsabilidad, respetando las medidas de seguridad en cada entorno acuático y manteniendo la vigilancia activa de niñas, niños y adolescentes. La prevención, sumada a una reacción rápida y coordinada, puede ser decisiva para evitar tragedias y asegurar un descanso seguro para todas las familias de la región.






















































