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Brexit, Frexit, Holexit y otros xits

columnista5

Pocas veces he leído tanta tontera en tan pocos días desde el referéndum inglés que solo se hará efectivo si Inglaterra así se lo comunica a la Unión Europea. Dos años tomará el proceso por mucho que las autoridades de la UE lo exijan amenazadamente con prontitud. Ninguna de estas cosas ha ocurrido todavía. Los asustados comentaristas han olvidado el camino recorrido desde el tratado de Roma de 1956/57 a la Unión Europea y que está llevando a muchos europeos a dudar sobre la sobrevivencia de este experimento político. El reciente artículo de Marine Le Pen es premonitorio. (El Mercurio 29 de Junio)

 

Volvamos a los orígenes. El objetivo de largo plazo fue lograr una Europa política sin fronteras interiores: la Comunidad Económica Europea (CEE). El sueño de los líderes de la pos guerra Robert Schuman y Konrad Adenauer comenzó a hacerse realidad con el tratado de Roma de 1956/57 y posteriormente el tratado de Maastricht de 1992 que creó la actual Unión Europea (UE) avanzando desde una unión inicialmente económica hacia una integración política. Uno de sus grandes artífices fue el socialista francés Jaques Delord, quien esperaba que la integración no tuviera más límites que lo que se estableciera en una Constitución Europea. La propuesta largamente pensada y debatida contemplaba un importante traspaso de soberanía a las autoridades de la UE. Sometida a votación en 2004, dos países la rechazaron (Francia por 54,87 % y Holanda por el 61,60 %). No habiendo unanimidad el proyecto murió pero por el Tratado de Lisboa de 2007 vigente se aprobó una versión morigerada. Algunos critican que la actual institucionalidad es demasiado pro mercado y poco estatista. Otros a favor la califican como eficaz y democrática.

 

La UE es una estructura supranacional de poder que no emana del pueblo y que se autogenera a sí misma en forma muy compleja. Es una autocracia burocrática. Si bien su parlamento de 751 diputados es elegido por votación popular, ejerce un co-gobierno con el poder ejecutivo: el Consejo de la Unión Europea (Consejo de Ministros) formado por representantes designados, no elegidos por los países. El “núcleo duro de la soberanía”. Además hay un Consejo Europeo formado por los jefes de estado cuyas funciones son de orientación política y co-legisla con el Parlamento Europeo y la Comisión Europea de carácter ejecutivo cuyos Comisionados (o ministros) son designados por el Parlamento Europeo. Tamaña complejidad funciona con más de 50.000 funcionarios. Es un sistema que tiene opositores en Inglaterra y también en otros países y al parecer va in crescendo. Es más, en la última elección de eurodiputados hubo un 57 % de abstención. Hoy estos hechos calificarían al gobierno de la UE como carente de legitimidad. Es una dictadura burocrática que molesta a los ingleses cuyos derechos datan de la Carta Magna hace cerca de un milenio y tampoco es del gusto de los franceses y holandeses y otros.

 

A lo anterior se suma un segundo error: el Euro creado en 1999. No lo aceptaron 9 países. Difícil entender la liviandad con que la intelectualidad europea depositó su confianza en las bondades de una moneda común. En 1961 el premio nobel de economía Robert Mundell pubicó The Theory of the Optimal Currency Area en la que establece las condiciones que deben cumplirse para que un conglomerado geográfico-político funcione eficientemente con una moneda única de modo que la política monetaria no produzca desequilibrios entre los países miembros de diferentes niveles de desarrollo. El Euro y la UE no son lo mismo que el Dólar y USA. Se requiere una gran movilidad de los factores productivos, condiciones que se dan en USA pero no en la UE. Si bien el capital goza de gran movilidad en ambos, los recursos humanos en la UE no se caracterizan por tener una gran movilidad. Su población es muy heterogénea. No es un Melting Pot. Hay notorias diferencias muy arraigadas: culturales, lingüísticas, religiosas, étnicas y costumbres que impiden una respuesta a los incentivos esperados de la política económica con lo que la asignación de la fuerza laboral es ineficiente. Hoy se diría una deficiencia estructural.

 

La crisis del 2008 a estas alturas ha echado raíces en algunos de sus países. El BCE diseña una política para mantener la estabilidad monetaria en toda la Euroarea. Pero, dado el desigual nivel de desarrollo entre los países miembros, si los relativamente más desarrollados demandan políticas monetarias y fiscales acordes con su estabilidad y el BCE así actúa, los menos desarrollados sufrirán una recesión y desempleo ya que su fuerza laboral, inhibida por su deficiencia estructural, no emigra en una magnitud tal que elimine el desequilibrio. Si, a la inversa los de menor desarrollo requirieran políticas expansivas y el BCE las adoptara, habría inflación en los más desarrollados y su fuerza laboral no emigrará a los países de menor desarrollo. Igual cosa ocurre con la política fiscal.

 

La crisis del 2008 a estas alturas ha echado raíces en algunos de sus países. El BCE diseña una política para mantener la estabilidad monetaria en toda la Euroarea. Pero, dado el desigual nivel de desarrollo entre los países miembros, si los relativamente más desarrollados demandan políticas monetarias y fiscales acordes con su estabilidad y el BCE así actúa, los menos desarrollados sufrirán una recesión y desempleo ya que su fuerza laboral, inhibida por su deficiencia estructural, no emigra en una magnitud tal que elimine el desequilibrio. Si, a la inversa los de menor desarrollo requirieran políticas expansivas y el BCE las adoptara, habría inflación en los más desarrollados y su fuerza laboral no emigrará a los países de menor desarrollo. Igual cosa ocurre con la política fiscal.

 

Como si no fuera poco, de Estabilidad y Crecimiento para restringir el déficit fiscal a no más de 3 % del PIB y un máximo de la deuda vigente a 60 % ha sido incumplido. Los países más pobres desbordaron estos límites colocando deuda en los países ricos hasta que… el globo reventó. Grecia lleva 9 años en recesión donde el PIB se ha reducido en 24 %, la Inversión ha caído en 50 % y la desocupación llega al 25 %. Otro tanto ocurre en Italia Portugal y España y ninguno consigue reducir la deuda externa. Han entrado en una crisis de gobernabilidad preocupante. Solo Irlanda enmendó el rumbo.

 

Así las cosas, el ambiente en contra de la burocracia autocrática de la UE ha ido empeorando y algunos temen que un referéndum en Francia, Holanda y otros países pueda llevar a la tumba el proyecto socialista de Schuman y Delord. Es prematuro hacer pronósticos sobre lo que ocurrirá. Los más optimistas piensan que Inglaterra podría adoptar el camino de Noruega que, con moneda propia, goza de gran parte de los beneficios de los países miembros de UE pero sin pertenecer a ella ni someterse a la dictadura de su burocracia. Los más pesimistas piensan que es el fin: El último que salga que apague la luz.

 

 

Javier Fuenzalida Asmussen

 

 

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