Por David Pérez Arce
Hace algunos días, en Quilín, en un encuentro de los dirigentes de los clubes de fútbol profesional chileno, se dieron a la tarea de revisar el presupuesto de los equipos que le dan vida a esta industria.
Eran las cifras que se le presentaron a los dirigentes gremiales del sindicato de futbolistas, quienes, en estos momentos, tienen aprobada una paralización de actividades, lo que llevaría a una suspensión del certamen de apertura, que debe iniciarse el fin de semana venidero.
La cifra preocupante es que el directorio que preside Arturo Salah es que las pérdidas acumuladas en los últimos siete años, resumen de la información entregada por los balances de 14 instituciones, balances entregados a la Superintendencia de Valores y Seguros, llegan a los $ 55.mil millones.
Los egreso mayores, provienen de la plantilla del plantel de jugadores y el cuerpo técnico, que en el periodo 2009 al 2015 se multiplicó 2,2 veces. Con mucha claridad, estos llegaron a los $ 36.957 millones el año pasado.
En siete años los clubes han gastado $ 55.mil millones. Cada institución en el año ha gastado unos $ 567 millones.
Este solo antecedentes sirve para conocer la realidad de la tesorería de cada club que permite conocer la realidad de las instituciones.
Para poner los pies sobre la tierra, los pases de los jugadores, los sueldos, primas y realidad, deberán reducirse considerablemente, si es que se mantiene el interés de continuar con esta actividad.






















































