Como en sus mejores años, el Cine Royal de Pichilemu abrió sus puertas para un momento histórico en el Día del Patrimonio Cultural a mano de los “cojos” Javier Calderón, “Lito” Celis y “Chicho” Calderón.
En una memorable tarde de domingo, la entrada del Cine Royal se comenzaba a llenar de vecinos impacientes y expectantes de lo que sería volver a pisar el centro social más importante de la bohemia y de los fines de semana en la ciudad de Pichilemu. La Boletería comenzó a funcionar y cada uno de los visitantes recibió -lo que fuera en aquella época el boleto- un recuerdo para toda la vida.
Fue iniciada la década de los 60 cuando la señora Florinda González, viuda de Manuel Celis, regresa a Pichilemu a dar vida un espacio que en la actualidad se encuentra cerrado y a la venta, dejando un futuro incierto para lo que podría declararse Patrimonio Cultural de Chile. Motivos cómo éste, llevaron a la Agrupación de Audiovisualistas de Pichilemu y la familia Celis González, a abrir las puertas del Cine Royal: “el cine de los grandes estrenos” y recibir a toda la comunidad en un día tan clave para la Cultura de este país.
Los espectadores hicieron ingreso a la sala bajo la misma luz tenue de aquellos años para sentarse en las idénticas butacas donde alguna vez lo hicieron cuando niños o cuando jóvenes. Por alguna cita o por haber llevado el cartel a las calles con el título del estreno y acceder gratuitamente a sentarse en galería a disfrutar de la película con los amigos. Pero esta vez lo hicieron de la mano de sus hijos, con sus familias para revivir todos aquellos momentos y volver a reencontrarse con aquellos recuerdos. Por supuesto que no pudo faltar la canción característica para dar inicio a la función, donde pudo sentirse la emoción de todos los que nos acompañaron.
Por otro lado, en la Sala de Proyección, estaban los de siempre haciendo su trabajo, manteniendo todo bajo control para que la película corriera, se escuchara y fuese la protagonista del momento. Todos los asistentes pudieron visitar este espacio donde se les explicó el funcionamiento de las máquinas y cómo era proyectar una o dos horas de un film por aquellos tiempos.
Como agrupación nos sentimos muy contentos y agradecidos por poder haber sido parte de una actividad tan gratificante y representativa que pudo ser recibida y disfrutada por gran parte de la comunidad. Logramos reunirnos con cerca de 300 personas de todas las edades, que se volvieron a juntar y compartir sus anécdotas, en un lugar digno de ser rescatado, remodelado y mantenido, ya que es un reflejo fiel la historia de Pichilemu.
Toda esta iniciativa no podría haberse logrado sin la especial ayuda de colaboradores como Franco Fernández Rojas, restaurador y coleccionista de proyectores de películas de cine, quién facilitó el equipo y gran parte de lo que fue la decoración. A Ricardo “Chicho” Calderón Vargas, Manuel “Lito” Celis González y Javier Calderón González, quienes dieron vida a un momento histórico para todos los asistentes.
Agradecemos también a cada uno de los integrantes de la familia Celis González, que colaboraron o asistieron. A Felipe Álvarez Celis, hijo de Ana María Celis González, quienes continúan viviendo en la antigua casona aledaña al cine y que formaron parte crucial en todo el apoyo logístico y técnico. Y además, a Mónica Celis González y Miguel Ángel Celis González, hijos de Florinda y Manuel.
Y por supuesto, dar las gracias a las distintas personas que nos tendieron una mano para que este memorable evento en la vida de muchos, resultara de esta forma tan reconfortante y que dejara un sabor dulce en cada pichilemino. De esta manera, el domingo 26 de mayo de 2019 será para muchos, un día en cual pudieron disfrutar de quizás, la última función del Cine Royal de Pichilemu.
Actividad patrocinada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de su Programa Otras Instituciones Colaboradoras.
