Cuando se habla de belleza siempre se tiende a idealizar, a ser concretos y tener una visión sesgada de la belleza. He ido descubriendo con el paso del tiempo, con la experiencia que me da la vida junto a los viajes realizados, que la belleza esta en los gestos cotidianos de un niño, en una rica comida casera, en las conversaciones, en las imágenes más simples como el sol amaneciendo por las montañas, pasando por el vuelo de una parina o el rostro cansado de toda una vida de trabajo de sol a sol. Es en esto me interné y descubrí la belleza que no todos lograr ver ni mucho menos disfrutar.
En el norte de Chile, puedes percibir el trabajo duro de una mujer que recorre kilómetros para ofrecer los productos que siembra en su huerta, cargando todo a sus espaldas y a pesar de lo duro que es, logras ver que es una imagen bella, simple con toda una historia por detrás, es una imagen que habla en el silencio inmenso del desierto… eso para mí vale la pena capturar en el lente de mi máquina fotográfica.
Otras veces la belleza está en la mirada desinteresada de un vendedor que te cuenta cómo trabaja su artesanía y te agradece la compra y a pesar que los pueblos originarios de la mayoría de América Latina, no le gusten las fotos, acepta que captures su rostro, sin poses para una revista de papel couche, sino tal cual es y mientras tomas la imagen observas a través del lente lo bello de su mirada, de su color de piel , del brillo de sus ojos, cansados de trabajar los 365 días del año, pero agradecidos de la vida y de ser indígena mexicano.
Luego la inocencia de los niños, se roban mi mirada, tan naturales en sus comportamientos como en el cansancio que les provoca el día a día al tener que acompañar a sus papás al puesto de ventas que tienen en la calle del turismo. Observarlo desde lejos me produce angustia combinada con pena, porque digo “este niño debe estar jugando” y lamentablemente esta imagen la veo a menudo en mi amado Chile, como en los países visitados y a pesar de la angustia que me genera, sigue siendo una imagen bella para mis ojos y los ojos de mi alma … luego la capturo.
Sigues viajando y a pesar de que les robes el alma con la fotografía más de alguna accede a esto, por una propina o por la compra de sus productos, para ellos es normal que un extranjero se lo pida, la mayoría toma la fotografía da la propina y se va, para mi va mas allá -hay una conversación de por medio, un querer conocer que hay tras esa mirada inocente y un poco triste que capturó mi mirada, existe un respeto de por medio y si puedo conversar con ellos antes de la imagen es mejor, pues la imagen la puedo tomar con el zoom, que lo he realizado en varias ocasiones, pero cuando se me permite el contacto directo vez la belleza que otros no ven… y recordaré el día en que capturé esta imagen.
¿En algún momento haz capturado la belleza que busco?
Clo
Twitter: @clocont