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Estadio de Clama debe recordar al Dr. Stoppel

dpa

Los años pasan con una velocidad que no nos damos cuenta, suele suceder con quienes ya cruzamos la barrera de los 70 años, una edad que trae consigo el amontonar recuerdos y revivirlos, para disfrutarlos, esta vez con un mayor interés.

 

Cuando el año 1977, en el mes de enero para ser más exacto, Cobreloa para ser aceptado en el fútbol profesional (segunda división) debió cumplir una serie de trámites y poder exhibir que estaba en condiciones de tener méritos para ser aceptado en la élite del fútbol chileno.

 

El obstáculo más difícil fue el de contar con un estadio, donde estaría recibiendo a los equipos que llegarían a Calama.

 

Se conversó con el alcalde de Calama quien aceptó entregar en arrendamiento el estadio municipal a la División Chuquicamata. Esta, a su vez, se lo entregó a Cobreloa.

 

En medio del desierto había que tener una cancha de fútbol con césped, y eso fue un desafío mayor. Se debió traer tierra, con menos salinidad y sembrar el terreno.

 

Sucede que Cobreloa fue aceptado en 2ª División en Enero de 1977 y ya en diciembre se había ganado el derecho de llegar a la división de honor.

 

Había que  aumentar la capacidad de aposentadurías y se trabajo en los meses de enero y febrero, pues en marzo se iniciaba el campeonato y había que tenerlo en condiciones de iniciar una etapa soñada, la de tener fútbol profesional en Calama, realmente un sueño.

 

Cuando en estos instantes esa ciudad recibe un estadio moderno, con todas las condiciones de un recinto deportivo del mejor nivel, está en condiciones de tener a la selección chilena jugando en ese estadio.

 

Desde una tribuna muy especial, estarán ubicados presenciando estos encuentros futbolísticos, un puñado de profesionales que laboraban en la empresa minera, quienes más allá de sus funciones, se entregaron por entero para que Cobreloa fuera la mejor institución. ¿Quiénes estarán ocupando esa tribuna…?

 

Quiero imaginar a varios, pero considero que debe tener un sitial especial, el Dr. Sergio Stoppel García, que se entregó con toda su alma para que Calama fuera la capital del fútbol chileno.

 

Es más, por méritos personales y para reconocer su importante labor, como dirigente deportivo, el Dr. Stoppel debiera quedarse en el estadio y para ello, ese recinto deportivo correspondiera llevar su nombre como un homenaje y reconocimiento a su labor, el que se ganó en vida respondiendo a la gratitud de miles de hinchas que le agradecen su feliz gestión que permitió el nacer de una institución y de cómo ésta representó al fútbol chileno en canchas de otros países, en aquellas inolvidable participación de Copa Libertadores de América.

 

David Pérez Arce

Periodista

 

 

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