Nuestro país, en los últimos años, ha enfrentado una creciente incertidumbre y desafíos en materia de seguridad. Ahora, con la creación del Ministerio de Seguridad, que debería haber sido un motivo de esperanza y renovación, la falta de nombramientos de seremis en las regiones representa una clara señal de ineficiencia en la gestión del gobierno actual. Esto no solo debilita la autoridad del ministerio, sino que también menoscaba la confianza de la ciudadanía en las instituciones.
La seguridad es un tema que nos preocupa profundamente, especialmente en nuestra región, donde han ocurrido hechos lamentables en las últimas semanas de connotación nacional. Los seremis son fundamentales en este sentido, ya que son quienes implementan las políticas y medidas de seguridad en cada región, ajustándose a las particularidades y necesidades de sus comunidades. Sin embargo, la inacción del gobierno en este aspecto crucial pone en entredicho su compromiso con la seguridad pública, además de evidenciar la poca experiencia e improvisación en temáticas tan sensibles para el país.
Más allá de la burocracia y las complicaciones administrativas, lo que se necesita es una gestión efectiva que demuestre que el gobierno está tomando en serio los problemas que aquejan a los chilenos. La falta de nombramientos no solo provoca un vacío de liderazgo en la implementación de políticas de seguridad, sino que también envía un mensaje negativo a la ciudadanía: que sus preocupaciones no están siendo priorizadas y que el gobierno no está dispuesto a actuar de manera rápida y decisiva, especialmente teniendo más de tres meses para buscar nombres.
La seguridad no debería ser un tema de confrontación política, sino un imperativo que trascienda las fronteras ideológicas. Es hora de que el gobierno tome las riendas, acelere el proceso de nombramientos y, sobre todo, demuestre su compromiso con el bienestar de la ciudadanía. A los chilenos nos preocupa la seguridad, y este gobierno aún no aborda estos temas en forma seria. La falta de acción solo perpetúa la desconfianza y la sensación de abandono en las regiones. La gente merece respuestas y, más aún, soluciones.
CRISTIAN FLORES VALDIVIA
Administrador Público.
Magister © en Economía y Políticas Públicas.