Generalmente tenemos una costumbre o mejor utilizaré el término “mala costumbre” de quejarnos y decir que no tenemos nada para realizar un día de descanso o un fin de semana. Somos tan inconformistas que no percibimos que tenemos muchas actividades que hacer, pero no somos creativos o simplemente no queremos pensar en las alternativas que se nos presentan.
Estamos al lado de los viñedos y este es un buen panorama, conocer uno, saber de su historia, el funcionamiento, los lugares a donde se exportan los vinos o simplemente saber un poco más de las cepas que tenemos en nuestra tierra.
Existen varias viñas que tienen visitas por el día, donde está la posibilidad de almorzar, pero además tienen la opción de alojar en algunas de estas bodegas.
Tal vez ustedes puedan pensar que estoy hablando de algo muy caro y me pregunto: ¿qué es caro? Y pienso… que cada persona sabe con qué presupuesto cuenta y hasta donde está dispuesto a gastar por un panorama diferente.
Sugiero esta alternativa pues la generalidad de las personas no se atreve, lo encuentran que es un paseo distante o simplemente que está destinado o dirigido a los extranjeros. Pues no, así como en algunas oportunidades vamos al cine, a cenar o hacemos un evento en casa, podemos decir… “vamos a conocer una viña”. De esta manera variamos la rutina de nuestras vidas, que algunas veces se transforma en una rutina plana y sin mayor interés por llegar al día de descanso.
Me gusta salir de la cotidianeidad, hace bien para el alma, para las relaciones humanas…en fin para el corazón. Y piensen que muchas veces un día de descanso se termina en un mall, gastando más de lo que puede ser un día de diversión y aprendizaje en una viña.
A ¿cuál iras y que vino degustarás?
CLO
