Las noticias llegaban desde la Compañía, allí se estaba instalando la bodega de una compañía Norteamericana que había comprado las minas Teniente y Fortuna, su gerente WiIliam Braden atendía en las oficinas arrendadas a la maestranza Ovalle O’Higinton, en el centro de Graneros, allí se había preparado el primer auto que se armó en el país.
Por ese tiempo Rancagua era un pueblo agrícola, casi el 20% de la población trabajaba en la Fábrica de Conservas de don Juan Nicolás Rubio, un tranvía de sangre partía en la estación y llegaba a las puertas de la fábrica situada en la Calle larga esquina del Sequión (Freire y Membrillar).
El día 16 de Agosto llovió torrencialmente en el pueblo, acotemos aquí que la población no llegaba a los 10.000 habitantes, estos se recogieron temprano a sus casas, sólo quedaron funcionando algunos despachos en la plaza y en el mercado de abastos, allí uno de doña Domitila seguía con su guitarreo y generosos jarros de vino.
A las 20:30 se sintió un temblor que sería el precursor de un gran movimiento con características de terremoto, acompañado por un fuerte ruido subterráneo.
Los vecinos entraron en pánico, la noticia de los familiares era requerida de boca en boca, las primeras noticias decían que no había víctimas, no obstante después se supo de uno o dos, las casas sufrieron daños pero solamente hubo que demoler 15, los vecinos esa noche durmieron en las calles y muchas en la plaza especialmente en la esquina Norponiente.
La iglesia Matriz, actual catedral, sufrió agrietaduras y la de los franciscanos se le hundió el techo, la escuela profesional con graves daños, en el cementerio cayeron tres mausoleos y casi todos los adornos de los demás, en el suelo
también el tranvía de sangre se descarrilo en independencia con Zañartu.
Rancagua fue el lugar menos afectado de la zona, en Graneros murieron dos personas aplastadas, y la casa de la policía cayó. Machalí fue el lugar más afectado una casa de dos pisos a la entrada del pueblo cayó totalmente, cuadras completas quedaron en el suelo, entre ellos el sector del pantanito donde no quedó nada, en Lo Mirada cayeron casi todas las casas y murieron tres personas, y muchos animales aplastados.
La noticia más terrible fue la caída del Hospital de Parral de Purén donde murieron 20 enfermos aplastados.
Bien como siempre en las iglesias se efectuaron muchas misas y en la calle Gamero una mujer llamada Matildita hacia lo suyo.
La normalidad volvió de a poco a Rancagua, en los pueblos aledaños la reconstrucción fue lenta y dolorosa.
Tato Drago
