Nací y me crié en un lugar donde la vegetación es escasa, por lo tanto por mucho tiempo fui ignorante en relación a las plantas, flores y todo tipo de vegetación que existe en los lugares no desérticos.
Debido a mi actividad, fui aprendiendo y conociendo más del tema, además de ser una necesidad laboral es un incorporar más al “chip cultural”. Y ahora soy capaz de reconocer ciertas, flores, arbustos y árboles y hablar de ellos con más propiedad y seguridad.
Una de las sorpresas que tuve, fue ver un “árbol de color” me refiero a que no es verde, como lo tenía incorporado en mi interno, sino mas bien era tono lavanda-azulado, hablo del jacaranda o jacarandá, árbol oriundo de Sudamérica que tenemos en muchas de nuestras calles. Etimológicamente viene del guarní y significa “fragante”; su madera es muy cotizada para carpintería de interiores, es manejable para trabajar y muy liviana.
Quedé tan impresionada cuando lo vi, pues rompía con la imagen de árbol que tenía hasta ese momento en mis recuerdos (me refiero al pimiento, que es un árbol que está en gran parte de Chile, pues no necesita tanta agua)
Al ver este hermoso árbol que rompe la visual del espacio, me impacta gratamente, a pesar que esta tonalidad no me gusta mucho…en realidad no me gusta, pero si en el árbol, pues logra un efecto de quiebre frente al verde y una armonía al enfrentarse con él la tonalidad del cielo, las nubes y el verde de otro árboles, me hace sentir que estoy en una paleta de un pintor y que será plasmado en un cuadro.
Me agrada la forma que tiene de imponerse sobres el espacio y como es capaz de vestir una calle, un parque un jardín con su tonalidad azulada.
Me gusta que llegue la primavera, porque sé que pronto veré uno en mis recorridos y si puedo lo capturo en mi máquina.
Comparto con ustedes, que tal vez crecieron con vegetación y no les llame la atención este tema, mas para los que han vivido bajo las tonalidades ocres y tierra, un poco de color no está demás. Sí debo reconocer que el verde me satura la visual y me cansa. Por lo tanto que venga un color o una tonalidad a romper el esquema me gusta tanto como el esquema que rompió Paul Gaugin al pintar el perro rojo (1892), pues no existían, pero si en su mundo interior y lo dejó plasmado.
Hoy yo capture el árbol de color lavanda, mañana será otro color…
Clo
