Es difícil sentarse a escribir una crónica de un show, cuando frente a ti te encuentras con una de las duplas creativas más importantes que ha dado la música popular chilena y entonces, tus comentarios deben necesariamente involucrar aspectos que no están dentro del teatro. Cuesta poder escoger las palabras necesarias que puedan sintetizar en un título, la calidad que encierra un espectáculo chileno, como muy pocos.
“Canta a Manns” es el último trabajo de estudio grabado por Inti Illimani Histórico (Salinas, Seves, Durán y los jóvenes Salinas, Donoso, Julio y Villalobos), que rescata entre las extraordinarias narrativas de Patricio Manns un total de diez canciones, de las cuales, siete fueron mostradas en el concierto ofrecido en el Teatro Regional de Rancagua.
Inti y Manns tienen una relación creativa que se acerca a los cincuenta años, y es ese conocimiento y respeto mutuo, el que ha permitido que nuestro país disfrute la sonoridad de Horacio Salinas que resalta cada verso de Manns, llevado por momentos a un nivel tan alto, que sólo podríamos comparar este trabajo con el desarrollado por Violeta Parra y Víctor Jara, o Luis Advis, o Claudio Arrau, el que usted prefiera en las artes musicales. La salvedad es que la narrativa es tan impresionante y energética como la de Neruda, Bombal o Huidobro.
“Balada de los Amantes del camino de Taberney”, “Elegía sin nombre”, “Bandido”, “Valdivia en la niebla”, “Canto esclavo”, “Ya no canto tu nombre”, son algunos de los trabajos que el Inti rescató de Manns, todas canciones que pertenecen a un periodo bien particular del autor y que a ratos pareciera escribir pensando en la guitarra de Salinas o en la vocalización de José Seves. Asimismo, el talento de los nuevos músicos, a ratos nos transportó a los más importantes salones de jazz en el mundo. El piano de Camilo Salinas (Pettinellis, 31 minutos), la percusión de Danilo Donoso, el contrabajo de Fernando Julio y la flauta del nuevo integrante Hermes Villalobos (Nano Stern, Pedroband), le dan la frescura necesaria para un trabajo como pocos se pueden encontrar en el mundo de la música y no me refiero a “nuestro mundo chileno”, me refiero al gran “mundo de la música”.
Debe ser que los hemos visto y oído tanto tiempo que no alcanzamos a dimensional su calidad, pero sin equivocarnos, podemos decir que esta formación musical chilena, con los textos de este músico y poeta también chileno, es un espectáculo de nivel mundial.
Bueno la parte final del espectáculo, nos mostró otros clásicos del Inti que para sorpresa de muchos también son con letras de Manns y que ya son parte del folclor latinoamericano, me refiero a “Medianoche”, “Vuelvo”, “Sense maya” y otros clásicos que siempre el público quiere oír y pese a que puede ser tedioso para el artista cantarlos siempre, agradecen el cariño del público incluyéndolos en los repertorios.
Dos cosas más quisiera manifestar en estas líneas. Patricio Manns se acerca a los 80 años, se ve como una persona de esa edad y su voz tiene el desgaste de esos años, pero es un Premio nacional de Música, es un testigo de la historia reciente del país, vivió el castigo de estar lejos de la patria y los suyos, además tiene canciones tan buenas que cantó junto a los Inti y que no aparecen en el disco, como “El cautivo de Til Til”, “Llegó Volando” y “Arriba en la Cordillera”, que es un deber moral conocerlo, disfrutarlo, quererlo, sanarse de los cánones del “cantante izquierdista”, que ha impedido a millones de chilenos conocer su trabajo sólo por estúpidos prejuicios.
Lo segundo que debo señalar en esta columna, tiene que ver con Horacio Salinas, líder natural de Inti Illimani (cualquiera de los dos, siempre será el creador). Chile es un país de pésima educación, no respetamos nada ni a nadie, no cuidamos a quienes nos representan en cualquier disciplina, siempre buscamos un error para hacerlo bolsa. Pues bien, Horacio Salinas, de formación bien clásica, ha demostrado en más de 40 años que la calidad y sentido musical, no necesariamente se plasma cuando se ejecutan trabajos de Bach, Mozart, Heydn o el que ustedes prefieran. Este guitarrista nacional, ha logrado musicalizar el sentido más profundo de los chilenos comunes y corrientes, con la salvedad que no lo hace con acordes básicos. Cada composición es un viaje, es un desafío nuevo e inexplorado. Entiendo que no ha sido reconocido como Premio Nacional de Música, quizás ni siquiera le interese, pero quiero que nuestros profesores de música, de los colegios públicos, puedan encontrar en sus clases un espacio para que nuestros niños y niñas no se pierdan la oportunidad de conocerlo, “Danza de Cala Luna” o el “Mercado de Testaccio” son ejemplos rápidos de su calidad.
Uno de los mejores eventos presentados en el Teatro Regional de Rancagua, que lamentablemente ofreció bastantes butacas vacías, que podrían haber ocupado niños y jóvenes.
Patricio Salas Díaz