Tombología es la nueva filosofía del socialismo del siglo XXI. La desigualdad resultante será por cuenta del azar.
Einstein dijo “Dios no juega a los dados”, pero el socialismo lo hace porque su doctrina se agotó y fracasó estruendosamente. La Concertación, DC incluida, ha optado por el azar. La nueva ley de educación, entre otras cosas, sustituye por el estado el espíritu empresarial propio del hombre. La burocracia, poderosa pero no inteligente, es incapaz de ofrecer una razonable educación. A la falla neuronal ha optado por la ruleta seleccionadora de alumnos.
Ni Bachelet y sus ministros ni su Concertación han reparado que en Chile los juegos de azar están prohibidos y penados por la ley. Ver el Código Penal: Art. 275. “Es lotería toda operación ofrecida al público y destinada a administradores o agentes de casas de juego de suerte, envite o azar serán castigados con reclusión menor en cualquiera de sus grados…“ Art. 278. Los que concurrieren a jugar a las casas referidas, sufrirán la pena de reclusión menor en su grado mínimo o multa de once a veinte unidades tributarias mensuales” y Art. 2661 del Código Civil respecto de la incapacidad jurídica de los menores de edad”. Consecuentemente, ni las guaguas de los jardines, los niños de las escuelas básicas y jóvenes de la media, como tampoco sus apoderados podrán participar en la tómbola del Ministro y sus croupieres para que el azar los fuerce a aceptar la escuela de destino.
Es un juego de azar porque su práctica implica la existencia de un contrato entre un oferente (Mineduc) y demandantes (estudiantes) para que el primero, sin costo, use este mecanismo azaroso, que no requiere ningún esfuerzo intelectual de modo que los así sorteados (estudiantes), si bien no recibirán un premio en dinero, lo obtendrán con la educación gratuita que es un incremento patrimonial por cada año de estudio adicional. El Código Penal define este acto como un contrato para participar en un juego de azar. La prohibición sólo admite como excepción cuando una ley así lo establece como es el caso de las loterías y sus variantes, los hipódromos y casinos de juego y los permisos para realizar rifas y bingos privados.
Para ser consecuente, el azar de la Concertación debería ser su mecanismo político fundamental (no hay razón para que se restrinja tan sólo a la educación). Así debieran acabarse las elecciones y designar al presidente, parlamentarios, alcaldes y concejales por tómbola, los rectores y docentes de universidades por tómbola; los médicos, ingenieros, abogados, y demás técnicos de la burocracia por tómbola; los jueces por tómbola, el cumplimiento de las sentencias a los condenados, por tómbola; la Roja por tómbola, la asistencia a estadios por tómbola, los espectáculos artísticos y público por tómbola; los impuestos a la renta e IVA y otros por tómbola, la lista de espera del sistema de salud por tómbola. En general cualquier actividad en que haya exceso de demanda se resolverá con una tómbola.
Tombología es la nueva filosofía del socialismo del siglo XXI. La desigualdad resultante será por cuenta del azar.
Javier Fuenzalida A.
Profesor, Universidad Finis Terrae