Ante el desprestigio, los políticos responden denostando a los empresarios a raíz de conductas anticompetitivas, irregularidades de carácter tributario y otros abusos de algunos. Los políticos se defienden y dicen que les ofrecen plata para las campañas pero, por lo revelado, son ellos los pedigüeños. Tanto es así que fueron los políticos los que incrustaron en la ley de donaciones los aportes de las empresas con fines políticos. La política busca el dinero y no es el dinero el que busca a la política.
La izquierda los desprestigian porque no les gusta la economía de mercado. Creen que la utopía marxista renacerá. Algunos llegaron a tildarlos como “chupa sangre” y mercachifles. Doña Helia afirmaba que en su ministerio no se trabajaba con los privados. Otros son contrarios a las licitaciones de hospitales, cárceles y otras obras imprescindibles para el desarrollo. Sin embargo pululan los que, al abandonar sus funciones públicas, buscan directorios de empresas privadas u organizan consultoras para atender a quienes tanto desprecian. Lobby disfrazado. Marco Enríquez, en una columna en este diario, comienza afirmando que el mercado es el mejor asignador de recursos pero acto seguido agrega que no cree en ello. Por lo tanto es mejor un estado panadero, estado costurero, estado taxista, estado hotelero, estado comerciante minero, industrial o financista. Los empresarios no se han defendido bien. Son hombres trabajo, creativos, innovadores. Generan cerca del 80% del PIB y del empleo. No tienen tiempo para la política pero manifiestan sus críticas frente a proyectos mal concebidos, ineficaces o que nada o poco aportarán al bienestar del país.
Según el SII hay 1.014.000 empresas, desde las mas modesta microempresa (784.000) hasta las mases grande (13.124). ¿Cómo se comportan? El SII revisa alrededor de 450.000 declaraciones de rentas y del IVA de personas jurídicas y naturales. Hay 7.900 juicios en proceso a los que se agregan cerca de 430 nuevos por año. Si todos correspondieran solo a empresas equivaldría a un ínfimo 0.04% del total. Un tranquilizador indicador. Por otra parte, según la SBIF las provisiones por riesgos de créditos comerciales alcanzan solo al 2.4 %, un índice normal porque los riesgos comerciales no siempre resultan de una conducta reprochable (riesgo moral). La mayoría de las veces son consecuencia del estado de la economía. Dan empleo a 8.710.003 personas. Hay 10.634 sindicatos que agrupan apenas al 10.9 % de la fuerza laboral activa. Las huelgas no pasan de 210 anuales que involucran al 0.3% o 27.000 trabajadores. Las propias encuestas del Ministerio del Trabajo indican que una gran mayoría de los trabajadores no valora los sindicatos. La CUT no tiene la representatividad que la izquierda le quiere reconocerle prohibiendo la negociación extra sindical.
¿Transgresiones? La Dirección del Trabajo registró 85.000 denuncias en el año que originaron 45.000 sanciones administrativas y 23.376 multas. El 0.8 % de las 1.014.000 empresas.
Hay una percepción irreal anti empresarial, prefabricada, para poder pasar la retroexcavadora con aplausos.
Javier Fuenzalida A.,
Profesor, Universidad Finis Terrae
