Ayer un detalle me recordó que estamos viviendo el otoño. Caminaba tranquilamente por una calle y al doblar en la esquina la naturaleza me tenía un regalo… ver la lluvia de hojas que delicadamente caían, formando un tapete en el suelo.
Fue tan agradable vivir esta sensación, pues con el calor que hemos estado viviendo, nos hace perder la noción de la estación del año en la que estamos.
Luego continuaron los días con temperaturas elevadas y la sensación que viví fue sólo por unos minutos.
No pierdo la esperanza que, con el transcursos de los días, las temperaturas bajen, el frío se instale en el aire, el viento se haga presente para hacer danzar las hojas y la lluvia nos limpie el aire y posteriormente podamos disfrutar del aroma un día después de ésta – como vez son las cosas simples se basan en los detalles y le dan sabor al día a día.
¿Qué detalle te sorprendió estos días?
Clo