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Un cacerolazo por la delincuencia

(columna defensoria)

La delincuencia aburre e indigna, ese es un tema que tiene más de cuatro mil años, de hecho tal vez cansados de los asaltos y robos de animales es que los babilonios en el Código de Hammurabi (1720 A.C.) dispusieron que quienes cometieran bandidaje serían condenados a muerte.

 

Pero luego de milenios, el panorama de las cosas no ha variado mucho bajo el sol. Hay robos y hurtos, pequeños y monumentales. Algunos castigados otros avalados por el sistema económico o la corruptela de quienes detentan el poder económico, político o militar en determinado período histórico.

 

Pero siempre es la gente pobre y humilde la que sufre y no se queja, porque se sabe olvidada por el sistema. Un caceroleo para detener algún abuso en un campamento no lo cubren los medios a menos que los pobladores se quemen a lo bonzo.

 

Digo los pobres son los que sufren, porque si les roban su calefón o su balón de gas tardarán meses en reponerlo. En cambio a otros (esos muy pocos), si le roban su auto, echaran a correr su seguro y verán el robo como una oportunidad de cambiarlo por otro mejor.

 

El punto es que, la delincuencia no tiene solución.

 

No tiene remedio. Es como la pobreza, no descenderá a puntos tales que encontremos tranquilidad o sea visto como un fenómeno residual. No lo sueñe, ahí estará, porque es un producto del sistema.

 

Cada sociedad tiene la delincuencia que necesita y que se merece.

 

¿Entonces qué hacer?

 

Las soluciones parche, como, aumentar las penas para los delitos, aumentar las dotaciones de carabineros, aumentar el número de cárceles (para que mantengamos el récord mundial de presos por cada cien mil habitantes) etc, no son la solución.

 

Es posible, eso sí, que otorgue paz y sensación de seguridad a una sociedad abusada psicológicamente por los medios escritos, radios alarmistas y la telebasura. Pero el caldo de cultivo de la delincuencia seguirá allí rebosante y prolífico.

 

En fin, si de verdad quiere que se ataque frontalmente a la delincuencia, pero de verdad, sin quedarse en el disco rayado y manoseado de que estamos presos en nuestras casas o la delincuencia se tomó las calles, agarre una cacerola y proteste por el sistema: por la desigualdad y la acumulación de la riqueza por unos pocos, por el abuso de los sistemas de previsión, por un Estado que es incapaz de subsidiar la educación, la vivienda y los sistemas de salud o de jubilación.

 

Porque estamos discutiendo en el año 2015 una reforma al sistema de educación que debió, hace más de 50 años haber garantizado la gratuidad a los alumnos pobres y meritorios.

Si no va a protestar por la raíz del problema – si solo va a golpear una olla para quejarse de lo que le pasa a usted y su barrio – no pierda su tiempo ni dañe su batería. Chile seguirá teniendo la delincuencia que se merece y que necesita.

 

Alberto Ortega Jirón

Defensor Regional de O’Higgins

 

 

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Diario El Cachapoal - Región del Libertador General Bernardo O'Higgins, Chile.
Fundado en Rancagua el 05 de Noviembre del 2003.