Luego de dos semanas de intensa capacitación, 20 jóvenes de las regiones de O’Higgins y Maule presentaron sus proyectos innovadores de origen rural a una comisión compuesta por profesionales de FIA, IF y Socialab, cuyo puntaje les servirá para la evaluación final del concurso y lograr el ansiado financiamiento.
Una experiencia enriquecedora, que logró convertir una idea en un proyecto real, así resumen su participación los 20 jóvenes de las regiones de O’Higgins y el Maule que estuvieron en los talleres de proyectos del concurso Mi Raíz y que busca fomentar las capacidades de emprendimiento innovador en jóvenes de origen rural, para que detecten y capturen oportunidades de innovación en su territorio.
El concurso –realizado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) junto a SOCIALAB e IF– apuesta a que los jóvenes rurales innoven desde sus raíces y para lograrlo se les ha acompañado en todo el proceso hasta postular con su proyecto y que este pueda ser financiado.
Fueron dos semanas donde los jóvenes aprendieron los conceptos necesarios para finalizar el proceso formulando un Proyecto de Emprendimiento Innovador Rural, con una propuesta de valor definida, un modelo de negocio desarrollado, una hoja de ruta de la ejecución del proyecto y un perfil del equipo de trabajo, entre otros elementos relevantes.
Además como hito final del taller de proyectos, los jóvenes presentaron su ‘Elevetor Pich’, exposición oral de su propuesta frente a una comisión compuesta por profesionales de FIA, IF y Socialab, cuyo puntaje les servirá para la evaluación final del concurso.
Al respecto el encargado regional de FIA del Maule, Robert Giovanetti, indicó que esta ha sido una iniciativa realmente enriquecedora “con Mi Raíz hemos apostado a que los jóvenes de origen rural puedan desarrollar sus capacidades de emprendimiento innovador y para esto los hemos acompañando en todo el proceso desde que llegaron con una idea hasta ahora que ya tienen un proyecto elaborado, permitiéndoles además generar una red de contacto para su futuro como emprendedores”.
Desde espumante de frambuesas al rescate del chayote
Matías Avendaño tiene 26 años, es del sector de Los Niches en Curicó y considera que la participación en este concurso ha sido totalmente enriquecedora “nos ayudó a replantear nuestra idea como proyecto. Partimos con algunas dudas, de las cuales terminamos convirtiéndolas en fortalezas en el transcurso de los talleres, aprovechando las herramientas que se nos entregó para terminar con un proyecto de peso y buena base”, señala Avendaño.
Agrega que la idea de su equipo es generar un impacto social en la región del Maule a través de la creación de un espumante 100% a base de frambuesas, elaborado a través del método champenoise, de baja graduación alcohólica y con gran cantidad de propiedades.
Su nombre es Adagio y el objetivo principal es poder darle estabilidad a los productores de frambuesa a través de un comercio justo, dándole una alternativa de venta, valor agregado y aportar al crecimiento económico de los frambueseros a nivel regional y nacional.
Desde Peumo en la región de O’Higgins está Matías Tobar de 25 de años, que desde su proyecto busca revalorizar y promover el chayote, fruto ampliamente plantado en el valle del Cachapoal, dado su fácil cultivo y lo versátil que es en cuanto a preparaciones culinarias.
“La iniciativa busca detectar los productores de Chayote, promover y generar asesorías técnicas para su cultivo, y generar una estrategia de marketing para aumentar el conocimiento de los consumidores sobre esta fruta”, agrega Tobar.
En cuanto a la experiencia de participar en Mi Raíz, Matías Tobar dice que ha sido realmente gratificante, “en un principio no tenía mucha fe de ser seleccionado, pero luego de los talleres de ideación, sentí que tenía las herramientas para hacer realidad mi proyecto, gracias al constante apoyo de FIA y de las profesionales de Socialab. Además compartir experiencias, ideas y vivencias con jóvenes al igual que yo de origen rural ha sido genial”.
